¿Por qué critican a Maduro?
Maduro no es Hugo Chávez. Hace poco más de seis meses murió el líder carismático, y su delfín designado aún no ha logrado calzarse sus zapatos
Maduro no es Hugo Chávez. Hace poco más de seis meses murió el líder carismático, y su delfín designado aún no ha logrado calzarse sus zapatos
Sí, se montó en bicicleta para un acto partidario y se cayó. Y sí, no tiene cuerpo de atleta, y menos con ese chándal embanderado. Pero es que al presidente de Venezuela no le perdonan nada. No sé a ustedes, pero a mí me parece que una cosa es la crítica y otra la burla.
No es un reclamo, no es una invitación a hablar sólo bien de él. Es una pregunta: ¿Por qué critican a Maduro? ¿Cuáles son los argumentos, las razones profundas detrás de la mala prensa del presidente venezolano Nicolás Maduro?
Sí, ya sé. Maduro no es Hugo Chávez. Hace poco más de seis meses murió el líder carismático, y su delfín designado aún no ha logrado calzarse sus zapatos.
La tarea es enorme, porque el ‘chavismo’ es un movimiento personalista, basado en la adoración y la presencia permanente del gran hombre, que para unos fue un caudillo populista y autoritario y para otros, la gran figura revolucionaria del continente.
Permítanme el chiste fácil: Maduro está verde. Trata de discursear como Chávez y resulta patético. Las barrabasadas verbales que causaban gracia en el maestro, en el aplicado discípulo desatan olas de burla en las redes sociales.
Hay también razones de peso para la crítica: la economía venezolana se ha deteriorado rápidamente y en las calles hay sensación de descontrol. Pero en medio de las críticas a las medidas de su primer medio año y las chanzas por sus deslices (“millones y millonas”; “la repartición de los penes”), percibo también un peligroso desprecio por el hecho de que un pobre, un hombre del pueblo, haya llegado a la primera magistratura.
Maduro fue chofer de bus. Es morocho, se trabuca al hablar, no fue a la universidad. ¿Y qué? Hay que juzgarlo por lo que hace, no por el lugar de donde viene. Si no, la derecha política no habrá aprendido la lección. Y les debe quedar claro: además de los méritos políticos de Chávez, el chavismo triunfó en Venezuela por los desastres de una casta política anquilosada, aristocrática, que se creía dueña del país y trataba a los trabajadores como sirvientes.
El gobierno de Maduro no empezó bien, es cierto. Pero cuando veo las sonrisitas y escucho el desprecio clasista de los que fueron a colegios privados y visten con gusto europeo, hasta me cae un poco mejor.