La arrogancia de arrogarse
«Aquel que es demasiado pequeño tiene un orgullo grande»
«Aquel que es demasiado pequeño tiene un orgullo grande»
Me gustaría hacer un esfuerzo, como periodista, y por el maravilloso medio para el que estas líneas redacto, por ser “subjetivo” viendo la “objetividad” de una foto. La foto de hoy, en mi café junto a un polígono industrial era el run-run de una monja-vestida-de-monja, hablando en la subvencionada televisión de la Generalitat catalana. Efectivamente, era una salmodia matutina. La fiscalidad española nos roba. La alemana también, decía la piadosa señora. “Yo lo sé muy bien”. Y qué gran solución sería una independencia con un Estado que aún no existe, pero que será maravilloso. Amen. Arrogancia-vestida-de-monja de la autoridad moral de 2.000 años de Iglesia, embutida en versión digital con el dinero de los contribuyentes españoles y catalanes. Esto yo lo sé muy bien.
Arrogancia. Como la arrogancia de Artur Mas. Él, “es” Cataluña. Él está seguro. Él lo sabe bien. Y el titular junto al café humeante era su profecía: “Cataluña no se fía del Estado”. Eso sí, del Estado nuevo, que en su cabeza exista, sí se fía “su pueblo, que él lo sabe bien.
Decía Voltaire que “aquel que es demasiado pequeño tiene un orgullo grande”. Sí. Arrogancias de iluminados grandes jefes (“fuhrer” en alemán) han llevado a grandes miserias. Porque (y eso es Sócrates), el orgullo genera el tirano.
Eso era mi subjetividad de café en la foto del día, perdonen ustedes mi juicio si hay maldad.