La lepra del papado
La banca oficial de la jefatura de la Iglesia católica obtuvo unos beneficios de 86,6 millones de euros en el año 2012, cuatro veces más que un año antes
La banca oficial de la jefatura de la Iglesia católica obtuvo unos beneficios de 86,6 millones de euros en el año 2012, cuatro veces más que un año antes
“Los jefes de la Iglesia a menudo han sido narcisistas, adulados por sus cortesanos. La corte es la lepra del papado”. El papa Francisco sigue dando titulares a la prensa, y esperanzas a quienes ven en él una posibilidad real de que la Iglesia católica recupere los valores de pobreza, humildad y servicio a los desfavorecidos que asegura defender.
El mismo día que el diario ‘La Repubblica’ publicaba esta entrevista con el pontífice, se conocían por primera vez las cuentas del Instituto para las Obras de Religión (IOR), más conocido como Banco Vaticano. En plena recesión mundial, y con el resto de instituciones financieras del sur de Europa devorando dinero público para sobrevivir, la banca oficial de la jefatura de la Iglesia católica obtuvo unos beneficios de 86,6 millones de euros en el año 2012, cuatro veces más que un año antes.
“Pienso que el llamado liberalismo salvaje convierte a los fuertes en más fuertes, a los débiles en más débiles y a los excluidos en más excluidos”, dice el jefe de una iglesia que el año pasado destinó 54,7 millones de euros al simple uso de la Santa Sede. Los beneficios se deben, sobre todo, a la habilidad de sus gestores para intermediar en los mercados internacionales, y a su habilidad también para sortear los agujeros del sistema: las cuentas de al menos cuatro embajadas han sido canceladas por sospecha de lavado de dinero.
Un día antes, a unos 600 kilómetros al sur del Vaticano, 13 inmigrantes morían al intentar alcanzar la playa. “La Iglesia es o debe volver a ser una comunidad del pueblo de Dios, y los curas, los párrocos, los obispos están al servicio del pueblo de Dios”, dice el pontífice. El problema es que el liberalismo salvaje que critica está instalado en el propio corazón de su iglesia. El IOR administra un patrimonio de 6.300 millones de euros. La lepra de la Iglesia es su falta de credibilidad, y esa lleva la marca del Banco Vaticano.