Menos hablar y más correr
El problema es que los males siguen siendo los mismos, y la excusa de que toda la responsabilidad es del que se sienta en el banquillo ya no cuela
El problema es que los males siguen siendo los mismos, y la excusa de que toda la responsabilidad es del que se sienta en el banquillo ya no cuela
«Menos hablar y más correr». La frase de Isco tras finalizar el entrenamiento del pasado lunes refleja seguro el sentir de una gran parte de la afición madridista. Cansados del pasotismo, indolencia o ‘sobradez’ de algunos jugadores, la hinchada blanca mostraba al final del partido contra el Atlético de Madrid su malestar con todo y con todos. A más de uno seguro que le vino a la cabeza lo acontecido la pasada temporada. Un inicio parecido provocó que antes de Navidad el Madrid dijera adiós a cualquier posibilidad de luchar por la liga. En aquella ocasión el culpable para los medios estaba claro se llamaba José y se apellidaba Mourinho. Los jugadores se salvaron de la quema porque el objetivo era un portugués, para casi todos, no es mi caso, perverso, mal educado y enemigo de lo español y de los españoles. Cubiertos por ese paraguas y arengados por los palmeros de turno, más de uno, y más de dos, se vino arriba para regocijo de los que buscaban adeptos a la causa.
El problema ahora que ya no está el «pérfido» portugués para echarle la culpa, es que los males siguen siendo los mismos y la excusa de que toda la responsabilidad es del que se sienta en el banquillo ya no cuela. La gente señala a Carlo Ancelotti pero no exime de responsabilidad a unos futbolistas que, como el año pasado, parece que piensan que, la liga, empieza a jugarse a partir del mes de Diciembre. Toca espabilar y bueno será, para tranquilidad de todos, que los primeros brotes verdes empiecen a aparecer hoy, en la Champions, ante el Copenhague y el sábado, en Valencia, ante el Levante.