El turismo se reinventa

La crisis mundial afecta a muchas economías, pero parece ser que el ocio se resiste a caer.

La pasada semana tuve el placer de asistir en Madrid y en Barcelona a los actos organizados por Turismo de Suiza para presentar la nueva temporada de invierno 2013-2014. Asistieron representantes diplomáticos y varios responsables de marketing de los principales cantones, destacando el Valais, donde a partir de este año las innovaciones en materia turística serán impresionantes. Suiza apuesta muy fuerte por reinventarse, tanto en verano como en invierno. Conversando con Sandra Babey, directora de Turismo de Suiza en España y con varios representantes de Turismo de Zermatt y Saas-Fee, dos de las mejores estaciones de esquí de los Alpes, llegamos a una conclusión muy clara: la forma de entender el turismo está cambiando. 

Ahora más que nunca se diferencian con claridad las figuras del viajero y del turista, quedando este último relegado a una posición no peyorativa pero si un tanto por debajo del viajero, que se convierte en una suerte de aventurero y descubridor. La crisis mundial afecta a muchas economías, pero parece ser que el ocio se resiste a caer (cuesta privar al ser humano de esos breves momentos de paz antes de una tormenta). No solo en Suiza son conscientes que tienen que adaptarse al futuro, a los nuevos turistas y a las nuevas tecnologías, en toda Europa y en gran parte del mundo se está apostando por un tipo de turismo que aporte algo más, acercándose al papel que el viajero se impone cuando sale de casa: el de aprender y conocer mientras se viaja. El relax absoluto (turismo para vagos) deja paso a nuevas actividades nocturnas, a una interesante fusión de turismo con deporte e incluso con gastronomía, algo en los que España pisa muy fuerte.

El renacer del senderismo y los deportes de montaña, adaptado a todas las edades, el turismo arqueológico y el nuevo “turismo experiencia” se imponen con fuerza. Espero que dicha evolución o reinvención ayude al ser humano a encontrarse a sí mismo en un momento en el que el conocimiento y la cultura parecen estar en huelga.