La mejor Tablet
Leer es una ceremonia que solo está completa cuando implica el tacto, el oído y el olfato, además de la vista, y a riesgo de sonar nostálgico, me atrevo a afirmar que no creo que esto llegue a cambiar
Leer es una ceremonia que solo está completa cuando implica el tacto, el oído y el olfato, además de la vista, y a riesgo de sonar nostálgico, me atrevo a afirmar que no creo que esto llegue a cambiar
Ayer fue clausurado ese gran escaparate del libro mundial que es la Feria de Fráncfort. Habrá que esperar las estadísticas y los análisis que suelen suceder a la mayor reunión de libreros, empresarios, autores y agentes del mundo, pero algo ha vuelto a quedar bien claro: cada día son más dramáticas las transformaciones del sector editorial, producto de la irrupción de las nuevas tecnologías.
Una de las mayores noticias de este año tuvo que ver con el sector de la autoedición, que ha crecido de manera sorprendente en el último tiempo y por primera vez tuvo un espacio propio. La proliferación de plataformas y programas que permiten al mismo autor editar y colgar sus obras en la red, y comercializarlas con costos mínimos o inexistentes, ha tenido un doble efecto. Ha significado una democratización de las publicaciones que era difícil de imaginar hacía muy poco, pero también una verdadera inundación de morralla.
Pero a pesar de estas novedades, resulta obvio que el formato preferido sigue siendo el libro de papel. Las tabletas y lectores digitales han avanzado muchísimo, cada vez son más amables y nos acostumbramos más a usarlos. Pero cuando se trata de elegir, los libros convencionales son por mucho los más vendidos. Leer es una ceremonia que solo está completa cuando implica el tacto, el oído y el olfato, además de la vista, y a riesgo de sonar nostálgico (o francamente prehistórico), me atrevo a afirmar que no creo que esto llegue a cambiar. Ninguna invención moderna conseguirá imitar esa satisfacción abismal que uno siente cuando abre un libro, y se sumerge en el placer, la diversión y el conocimiento.