Lienzo de cemento
¿Qué esconde su anonimato? ¿A un gran artista o apenas a un grafitero rebelde?
¿Qué esconde su anonimato? ¿A un gran artista o apenas a un grafitero rebelde?
Imagine que una mañana despierta, y al mirar por su ventana descubre que el monótono paisaje de edificios y casas idénticos ha cambiado. En casi cualquier lugar (sobre las paredes o los techos, en algún callejón o bajo un puente), de pronto ha aparecido una imagen que hasta la noche no estaba allí. Pueden ser dos «Bobbies» comiéndose a besos, o los matones de ‘Pulp Fiction’ Vincent Vega y Jules Winnfield blandiendo dos plátanos en lugar de pistolas, o una mujer despeñándose detrás de un carrito de la compra lleno. Entonces sabrá que el artista Bansky estuvo por el vecindario.
¿Quién es exactamente Bansky? ¿Qué esconde su anonimato —apenas se sabe que es inglés, que tiene menos de 35 años, que comenzó a pintar cerca de 1990, y unos pocos datos salpicados más— y su producción tan llamativa? ¿A un gran artista o apenas a un grafitero rebelde? ¿A un genio discreto, que prefiere ocultar su rostro y permitir que su obra sea quien habla por él, o a un vándalo, merecedor de ir a la cárcel por sus permanentes intervenciones en la vía pública, prohibidas por ley? ¿Al autor que perfeccionó una forma de expresión democrática, interactiva, fascinante y cargada de militancia política, o a un representante más, junto con Chris Ofili —quien construye sus obras con excremento de elefante solidificado— o con el polémico Damien Hirst, de aquello que Mario Vargas Llosa ha llamado ‘La civilización del espectáculo’?
Todas estas preguntas han colgado del aire durante el último mes, en el que Bansky decidió desembarcar con sus plantillas y latas de aerosol en Nueva York, revolucionando si cabe esta ciudad viva y febril. Será difícil que los críticos se pongan de acuerdo sobre el valor artístico de su obra, pero mientras discuten, los ciudadanos del mundo seguiremos sorprendiéndonos y disfrutando por las creaciones de este hombre enigmático y revolucionario, que eligió el cemento de las calles como su lienzo.