Una pesadilla marciana
India irrumpe en la carrera espacial. A Marte. ¿Han estado ustedes en India, en Nueva Delhi, en Calcuta? No hace falta ir a Marte para sobrecogerse
India irrumpe en la carrera espacial. A Marte. ¿Han estado ustedes en India, en Nueva Delhi, en Calcuta? No hace falta ir a Marte para sobrecogerse
India irrumpe en la carrera espacial. A Marte. ¿Han estado ustedes en India, en Nueva Delhi, en Calcuta? No hace falta ir a Marte para sobrecogerse. “La cuna de la pobreza” le llama una periodista a la que hoy leía hablando de Jyoti, viviendo en un lodazal. Come ratas. 200 millones de personas pasan hambre en India, más que todo África. 60 millones son niños.
Para este periodista, el dolor del hombre es un misterio que se entrevé sólo mirando su destino. El hambre es dolor, pero no misterio. Es fruto de la profunda injusticia de culturas que ‘miran a otro lado’ porque no sólo no tienen solución, ni siquiera tienen alivio ni respuesta.
Kennedy lanzó en 1961 su promesa lunar con un afán político para la década ––bien seguro– y con una meta macroeconómica dirigida a levantar una clase media que estaba en la fase más profunda del ‘sueño americano’. Mukherjee, presidente de la India, se dirige a un complejo país que más que un sueño tiene una horrible pesadilla. Una pesadilla que clama a toda la humanidad de nuestro planeta, por más que queramos mirar a Marte como evasiva.
Kennedy podía prometer burguesía a un país nacido con ideales de convivencia. Mukherjee no puede prometer más que mirar hacia a otro planeta al país con más ciegos por habitantes del mundo.
“¿Acaso alguien nos ha prometido algo? Entonces, ¿por qué esperamos?”. Les recomiendo esta reflexión que encontraba hoy en una publicación universitaria española y que da la mejor esperanza de vida: ver gente que mira de frente al hambre y al dolor con preguntas, en vez de prometer respuestas: http://www.asociacionculturalatlantida.com. Es mi recomendación del día.