Los caprichos de Messi
Al azulgrana le ha sucedido lo que a otros muchos. Creerse el dueño del mundo y no dejar que lo aconsejen los que realmente saben de esto
Al azulgrana le ha sucedido lo que a otros muchos. Creerse el dueño del mundo y no dejar que lo aconsejen los que realmente saben de esto
Tenía que suceder y sucedió. Acostumbrado a hacer lo que le viene en gana sin que nadie le pueda realizar ni un reproche, Messi está pagando en forma de lesiones la autogestión que, de un tiempo a este parte, se ha instaurado en las filas del F.C. Barcelona. Controlado con guante de seda por Guardiola el astro argentino ha pasado de la inmunidad absoluta en lo que a lesiones musculares se refiere, a visitante habitual de la consulta de los médicos. ¿Motivos? Muchos y ninguno fruto de la casualidad.
Endiosado por el ambiente que lo rodea y por las muchas loas que desde todos sitios le han ido llegando en estos últimos años, al azulgrana le ha sucedido lo que a otros muchos. Creerse el dueño del mundo y no dejar que lo aconsejen los que realmente saben de esto. Chocó en la última etapa con Guardiola porque le decía alguna de las verdades que no quería escuchar y lo ha hecho en los últimos meses con el hombre que lo mantenía físicamente a tono Juanjo Brau. El resultado ya lo hemos visto. Rotura va, rotura viene, rendimiento irregular y ausencias en partidos que, como el del Bayer de la pasada temporada resultaron decisivas en el devenir deportivo del club que le paga. Y a todo esto todo un Barcelona en manos de un futbolista enorme en el terreno de juego pero dejando mucho que desear fuera de ellos. Solo así se entiende el poco rigor que dicen que tiene en sus regímenes alimentarios o el caótico verano que tuvo cuando lo recomendable, tras estar de baja más de dos meses, hubiera sido el descanso absoluto para recuperar la pierna lesionada. A cambio, se metió entre pecho y espalda cerca de noventa mil kilómetros, sin que nadie se atreviera a decirle que eso no era lo más indicado para su recuperación y su futuro. Aquellos polvos trajeron estos lodos, y Messi y el Barcelona pagan ahora los caprichos de una estrella a la que se le han permitido demasiadas cosas.