Las galaxias están indefensas

NGC5257 y NGC5258 interactúan y tienen agujeros negros supermasivos en el centro, tal que las Haciendas del Estado y de las Autonomías. Ni les han puesto nombre chulo por si discuten en vez de interactuar, que no se sabe muy bien a qué conduce, a veces.

Confieso que me duermo en los planetarios. Si no fuera porque los ronquidos entorpecen a los presentadores que tratan de educarme en las visiones de los antiguos griegos, ese recinto oscurito, con la bóveda de estrellas arropándome, sería casi mejor que la siesta acompañada del documental de la 2, binomio impagable. Lo digo porque me llaman la atención con carraspeos, los muy molestos. 

No sé quien pone los nombres a las galaxias y otros, pero desde luego están ‘sembraos’. Bueno, sí lo sé, es la Unión Astronómica Internacional, y tienen una extensa normativa para nombrar nebulosas, galaxias, planetas menores o planetas enanos, como «Makemake». Makemake es el dios creador de los rapanui de la Isla de Pascua. Aquí ya me pierdo, pero no me parece serio que solo le hayan dado un planeta enano. Si fuera un dios germánico, ya veríamos. 

Como me gusta mirar al cielo, sobre todo para descansar de lo que pasa en la Tierra, entiendo que, como los amigos de la ‘Cloud Appreciation Society’, que se dedican a fotografiar nubes, los astrónomos encuentren símiles en la forma de las galaxias. Así, las pobremente denominadas NGC2936 y NGC2937 se parecen, sin embargo, a «un pingüino cuidando su huevo».  O la nebulosa planetaria bipolar NGC 6302 es conocida popularmente como El Insecto, dentro de la constelación El Escorpión. Qué invertebrado es todo. NGC5257 y NGC5258 interactúan y tienen agujeros negros supermasivos en el centro, tal que las Haciendas del Estado y de las Autonomías. Ni les han puesto nombre chulo por si discuten en vez de interactuar, que no se sabe muy bien a qué conduce, a veces.

El cielo como metáfora es tan antiguo como el hombre, pero éstas resultan un poco inquietantes.  Alguno dirá que el pingüino está preocupado por el calentamiento global, que nebuloso, planetario y bipolar le recuerda a algún político (y de escorpión o insecto, ni hablamos) o que los agujeros negros hacendoso-galácticos absorben la masa monetaria de los ciudadanos.

Desde aquí lo digo: voy crear una Plataforma por la Dignidad de los Nombres Estelares. Lo mismo me forro.