Democracia sólo si ganan los míos
La embajadora de Estados Unidos en Honduras, Lisa Kubiske, poco después del inicio de las votaciones del domingo, hizo una advertencia a los hondureños: Ustedes deben preguntarse qué clase de país quieren construir.
La embajadora de Estados Unidos en Honduras, Lisa Kubiske, poco después del inicio de las votaciones del domingo, hizo una advertencia a los hondureños: Ustedes deben preguntarse qué clase de país quieren construir.
La embajadora de Estados Unidos en Honduras, Lisa Kubiske, poco después del inicio de las votaciones del domingo, hizo una advertencia a los hondureños: “Ustedes deben preguntarse qué clase de país quieren construir”. Los periódicos más cercanos al Partido Nacional del conservador Juan Orlando Hernández, dieron por ganador a su candidato antes de que la autoridad electoral difundiera datos concluyentes.
El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, felicitó a Hernández con sólo el 24% de los votos escrutados y la patronal hondureña exigió, con el escrutinio a poco más del 50%, el respeto de los resultados. Inmediatamente después, entre denuncias de fraude, la Iglesia católica corroboró (no se sabe en base a qué) la limpieza de proceso y, finalmente, la embajadora de Estados Unidos volvió a intervenir para decir que “todo ha ido muy bien”. Como ha escrito el español Alfredo Serrano, investigador del Centro Estratégico Latinoamericano Geopolítico (CELAG), parece el guión de una película de Costa-Gavras.
Cabe preguntarse qué habría ocurrido si los resultados provisionales hubieran sido distintos ¿Habrían hecho lo mismo la prensa conservadora, los empresarios, la Iglesia y la embajada de los EEUU? ¿Habrían proclamado los resultados medios como la CNN tan pronto?
Recuerden lo que pasaba cuando ganaban las elecciones en Venezuela Chávez o Maduro o mejor, recuerden qué pasó en Honduras cuando el presidente Manuel Zelaya quiso que su pueblo votase en un referéndum si había que cambiar la Constitución a través de una Asamblea Constituyente. Le dieron un golpe de Estado que, aunque fue condenado por la totalidad de la comunidad internacional, incluyendo la Organización de los Estados Americanos y las Naciones Unidas, devolvió el poder a los que siempre lo tuvieron en Honduras.
Por desgracia, algunos sólo respetan la democracia si ganan sus candidatos.