El tiro al dron de amazón
Como el río del que toma el nombre, Amazon genera un inmenso caudal de negocio que le ha convertido en un gigante que va camino de convertirse en gigantón o, por eso del online, en megagigante
Como el río del que toma el nombre, Amazon genera un inmenso caudal de negocio que le ha convertido en un gigante que va camino de convertirse en gigantón o, por eso del online, en megagigante
Como el río del que toma el nombre, Amazon genera un inmenso caudal de negocio que le ha convertido en un gigante que va camino de convertirse en gigantón o, por eso del online, en megagigante. Ese caudal en permanente crecida se va llevando por delante el negocio potencial de otros muchos, incapaces de competir con una organización que ha ido sumando compradores tanto por sus precios como por innovación y servicio al cliente.
Jeff Bezos, su fundador, mira constantemente al futuro, porque en este mundo en el que la ventaja competitiva se ha convertido en ventaja circunstancial, la supervivencia depende de la capacidad para generar nuevas y continuas ventajas circunstanciales. En su visión, el futuro está en la personalización y él ve su empresa como millones de microtiendas hechas a la medida de cada cliente.
Cada compra que hacemos es una fuente de información de enorme riqueza para Bezzos y su gente, ya que, con un sofisticado tratamiento posterior, podrá crearnos nuestra tienda a la carta, una oferta con aquello que ellos saben que es de nuestro interés. Nadie de Amazon nos reconocería si se cruzara con nosotros por la calle, pero sabrán al dedillo lo que queremos y aquello con lo que nos pueden tentar.
Estos grandes monstruos de la globalización, compañías que acumulan un poder creciente (no lo olvidemos), se plantean retos como el que ha sido publicado esta semana: entregarnos nuestras compras con “drones”, minimensajeros mecánicos y voladores. Se nota que Bezos no conoce bien España e ignora que aquí necesitará la homologación mediante los correspondientes decretos, leyes y ordenanzas, de gobierno, autonomías, ayuntamientos o diputaciones. Además los drones serán controlados por policía, guardia civil, policía municipal, mossos o ertzainas. Y eso sin contar con el nuevo deporte nacional: el tiro al dron de “amazón”.