El tirano se gradúa

Todo indica que detrás de la ejecución de Jang Song-thaek, otrora alto jerarca de Corea del Norte, está la intensión de Kim Jong-un de eliminar a la vieja guardia que gobernó con su padre

Todo indica que detrás de la ejecución de Jang Song-thaek, otrora alto jerarca de Corea del Norte, está la intensión de Kim Jong-un de eliminar a la vieja guardia que gobernó con su padre, para consolidar a cualquier costo su poder.

El juicio que concluyó con esta condena hace recordar las farsas que solía montar Iósif Stalin para difamar, denunciar, perseguir, procesar, torturar y ejecutar a sus rivales políticos, y a cualquiera que pudiera hacerle sombra. Como describe tan bien Leonardo Padura en su novela «El hombre que amaba a los perros», Stalin no dudó en afinar y emplear la enorme maquinaria de represión soviética para aplastar cualquier disidencia o amenaza, y garantizar así su liderazgo y su supervivencia.

Kim Jong-un comienza a demostrarse como un alumno aprovechado del tirano Stalin, así como de su padre y su abuelo, que lo precedieron, y la eliminación de su tío y mentor es una prueba estremecedora de ello. Juzgado por un tribunal militar, Jang Song-thaek fue acusado por «Traición, mujeriego, desestabilización y consumo de drogas», y por cometer «Crímenes horrorosos, como intentar derrocar al Estado mediante todo tipo de intrigas y métodos despreciables». Muchos cargos no solo son ridículos, más aún para justificar una pena como la capital: ni siquiera podrá haber certeza de que realmente ocurrieron, como suele suceder en dictaduras como la norcoreana, donde la justicia es una herramienta de acoso.

La ejecución de Jang Song-thaek no es más que una de las primeras atrocidades cometida por Kim Jong-un que se hacen públicas. Si esto ocurre con uno de los políticos más encumbrados de Corea del Norte, ¿qué pueden esperar los millones de norcoreanos del común, que viven sometidos al capricho y la barbarie de este joven aprendiz de tirano?