Marca España: fútbol, ladrillo y malversación
La primera imagen de la que quiero hablarles muestra la mirada preocupada de Joaquín Almunia.
La primera imagen de la que quiero hablarles muestra la mirada preocupada de Joaquín Almunia.
La primera imagen de la que quiero hablarles muestra la mirada preocupada de Joaquín Almunia. En Bruselas creen que el comisario español está retrasando la más que clara ya investigación a siete clubes de fútbol patrios por haberse saltado las reglas de las ayudas públicas, y la Defensora del Pueblo, Emily O’Reilly, ya le ha pedido que deje de obstaculizar la multa millonaria que deberían pagar Madrid, Barcelona, Osasuna, Valencia, Elche, Hércules y Athletic de Bilbao, el club del que es seguidor y socio Almunia.
Bruselas cree que Madrid, Barça, Athletic y Osasuna podrían haber incumplido la ley por no haberse convertido en sociedades anónimas cuando debían haberlo hecho, hace más de 20 años. Por su parte, los tres clubes de la Comunidad Valenciana (Valencia, Elche y Hércules) recibieron el aval de la Generalitat para préstamos por valor de 118 millones que nunca devolvieron. Y, además, se analizan las dudosas operaciones inmobiliarias del Real Madrid y el Athletic de Bilbao al construir el complejo de Valdebebas y su nuevo estadio, respectivamente.
La segunda imagen que me viene a la cabeza es la de Leo Messi, genial futbolista y supuesto defraudador de Hacienda, llegando a declarar al juez entre los vítores de sus admiradores.
Y la tercera imagen se pudo ver en una reciente y poco concurrida manifestación de científicos por las calles de Madrid. Los jóvenes investigadores mostraban una bandera española con un escudo en el que aparecía una paella, un balón de fútbol y un ladrillo.
“Es obvio que el Gobierno va a dar la batalla hasta el final en defensa de los clubes españoles, que también forman parte de la marca España”, ha dicho el ministro de Exteriores español, José Manuel García Margallo. Gracias, ministro, por aclararnos que la Marca España ya no es solo el balón, la paella, el ladrillo, sino también el engaño y la malversación de fondos públicos.