Temor a naufragar

La experiencia uruguaya es polémica, sin duda, pero es un intento de hacer algo distinto. Habrá que ir a valorar la experiencia, aunque temamos naufragar. Ojalá nos abra un nuevo camino.

Había una canción cuando yo era niño que decía: “al Uruguay, guay, yo no voy, voy, porque temo naufragar”. A Uruguay lo conocemos por su selección de fútbol y por jugadores como Forlán o Cavani. Muchos menos por el conflicto de las papeleras con Argentina. Si acaso por la música de Jorge Drexler, que del Uruguay se vino sin naufragar a regalarnos su arte. Y yo por mi amigo Julio, con quien cantaba en mis años mozos por garitos de la noche barcelonesa.

Si uno rebusca en la prensa, a veces encuentra alguna referencia a José Mújica, de quien se dice que es el presidente más pobre del mundo, ya que su bien más notorio es un viejo Volkswagen escarabajo. Ese atípico mandatario que tiene la austeridad personal como bandera se ha atrevido a dar un paso polémico: la legalización de la venta de marihuana, que se dispensará en farmacias con un máximo de 40 gramos/mes por persona.

La droga todo lo corrompe y es, sin duda, el mayor motor de la delincuencia en el mundo. Una situación con muy pocos beneficiados (los grandes cárteles que trafican) y millones de víctimas de todo tipo y condición. La experiencia uruguaya es polémica, sin duda, pero es un intento de hacer algo distinto. Mújica ha declarado: «No tenemos la seguridad de que (la ley) nos lleve a buen puerto, pero le pedimos a la humanidad que nos permita hacer un experimento, que participe y probablemente podamos encontrar claves, que hoy no las tenemos, para combatir esto, porque estamos fracasando rotundamente por todos lados». Un presidente que reconoce que no posee la verdad es nuevamente un tipo raro, pero yo agradezco que alguien se atreva a dar un paso como este. Habrá que ir a Uruguay a valorar la experiencia, por mucho que, como su presidente, temamos naufragar. Ojalá nos abra un nuevo camino.