Derecho a la autodefensa
«Mientras no se detenga a los líderes del crimen organizado las autodefensas no vamos a dar ni un paso atrás».
«Mientras no se detenga a los líderes del crimen organizado las autodefensas no vamos a dar ni un paso atrás».
Está nerviosa y muy molesta la cúpula del Estado mexicano con las autodefensas que han surgido por doquier. Un poco tarde se dejan irritar los políticos por esta reacción popular tan lógica y defendible. Cuando el Estado de Derecho ha desaparecido y el incumplimiento de sus deberes de defensa y aplicación de la ley por parte del aparato Estado y sus responsables amenaza la supervivencia física de los ciudadanos honrados, resulta una obscenidad negarles a éstos su derecho a la autodefensa.
Que muchas veces es el derecho a la vida. Que protesten contra este fenómeno unos dirigentes que tienen sus propias escoltas privadas a veces convertidas en pequeños ejércitos es la cumbre de la hipocresía. Mientras el crimen organizado y la policía corrupta campen a sus anchas y sin control alguno a sus apetitos, nadie puede exigir a los mexicanos en las zonas sometidas al terror que se desarmen y queden con sus familias inermes ante los asesinos. Ni un paso atrás. Con toda la razón.