El día de la marmota
Dice la marmota Phill que nos quedan otras seis semanas de invierno. A este paso nos plantamos en Mayo sin ver la luz del sol.
Dice la marmota Phill que nos quedan otras seis semanas de invierno. A este paso nos plantamos en Mayo sin ver la luz del sol.
Dice la marmota Phill que nos quedan otras seis semanas de invierno. A este paso nos plantamos en Mayo sin ver la luz del sol. Y es que cuarenta días de lluvia ininterrumpida son demasiados hasta para una gallega como yo.
Conste que la cadena de ciclogénesis que acecha a mis paisanos me pilla en la meseta, en donde apenas recibimos los estertores de cada tormenta que visita las costas atlánticas. Me cuentan que ya se ha ido Ruth, y que ahora llega Stephanie. Vamos, un no parar.
Las conversaciones telefónicas con mi madre se han convertido en charlas de ascensor. De esas en las que solo se habla del tiempo porque no hay otro tema que garantice respuesta. Confieso que me desconcierta que mi madre haya empezado a llamar a las borrascas por su nombre. Incluso me habla de isobaras y de que echa de menos al anticiclón de las Azores. Para quien no lo conozca, es el mejor amigo de cualquier gallego, porque es el único que garantiza el buen tiempo. Hace tanto que no sabemos de él que intuimos que se lo ha merendado Ruth a medias con Stephanie.
Hasta mi grupo de WhatsApp de Cambados se ha visto afectado por el fenómeno. Hace semanas que sólo me llegan fotos, parodias y vídeos relativos al diluvio universal que se ha instalado en mi tierra. Porque otra cosa no, pero los afectados se lo están tomando con humor.
Curiosamente lo llevan peor en Madrid. Un buen amigo del sur me decía esta misma semana que «este tiempo gallego» le pone triste. Y le entiendo. No me he atrevido a contarle las predicciones de la marmota más célebre de EEUU por miedo a que entre en depresión. Mejor se lo digo tomando una copa, o mejor comiendo un pulpo «á feira» para que se le pase el mosqueo con el clima gallego.
Vendrán inviernos mejores, seguro. Aunque por curarme en salud, el año que viene secuestro a Phill y me ahorro un disgusto.