Por qué necesitamos inmigrantes para innovar
Si te preguntaran cuáles son las compañías más innovadoras del mundo, ¿qué nombres darías? ¿Apple, Google, Amazon, quizás? ¿Ebay, Intel, IBM, Yahoo, Oracle o Texas Instruments?
Si te preguntaran cuáles son las compañías más innovadoras del mundo, ¿qué nombres darías? ¿Apple, Google, Amazon, quizás? ¿Ebay, Intel, IBM, Yahoo, Oracle o Texas Instruments?
Si te preguntaran cuáles son las compañías más innovadoras del mundo, ¿qué nombres darías? ¿Apple, Google, Amazon, quizás? ¿Ebay, Intel, IBM, Yahoo, Oracle o Texas Instruments? Todas ellas forman parte, efectivamente, de las listas de empresas que más innovan, y todas ellas tienen dos cosas más en común: que tienen su sede fiscal en Estados Unidos, y que, además, han sido creadas por inmigrantes o por hijos de inmigrantes. Y el nuevo consejero delegado de Microsoft, Satya Nadella, es indio.
El 60% de las 25 empresas más innovadoras de EEUU, responsables de mantener un total de 1,2 millones de empleos, han sido creadas por inmigrantes de primera o segunda generación. La industria de Silicon Valley ha proporcionado estos datos porque teme que esta oleada de inmigración creativa se frene: el problema es que el Gobierno estadounidense concede cada vez menos visados, y la industria necesita 125.000 ingenieros para seguir creciendo, que no llegan.
El Gobierno portugués ha reaccionado: acaba de anunciar que prepara un plan estratégico para conceder visados temporales a estudiantes, investigadores, artistas y emprendedores «con alto talento que puedan crear oportunidades y empleos en el país». Es un movimiento muy inteligente. En un mundo globalizado, limitar tu capacidad de competir a tus propios ‘cerebros’ es un error. Debes hacer lo posible porque tu país sea suficientemente atractivo para que los trabajadores más inteligentes del mundo quieran venir a ayudar a sacarlo adelante y, además, quieran vivir aquí y contribuir al crecimiento futuro del país con sus hijos, que también pueden ser muy competitivos e inteligentes.
Es la economía de la I+I, Inmigración e Innovación, que permite la atracción del talento internacional mientras mantienes el propio. En España, mientras, no solo expulsamos a nuestros científicos, ingenieros y programadores informáticos, si no que el número de inmigrantes ha descendido por primera vez desde que el INE. Lamentablemente, tardaremos décadas en recuperarnos de esta nefasta política laboral y de inversión pública. Sin I+D ni I+I no hay futuro.