Venezuela o lo que nos espera en España

Cuando miro que en Venezuela se instala poderoso el socialismo gracias a las rencillas de la oposición, me olvido para pensar en España.

Cada vez que veo lo que está pasando en Venezuela siento que mi imagen se refleja en un espejo que muestra el egoísmo. Como si solo me preocupara lo que ocurre a nuestros hermanos de América por lo que nos espera en España: puede ser que la única alternativa a la socialdemocracia relativista del Partido Popular sea un nuevo Frente Popular que no dejará de incluir al separatismo. A no ser que entre todos animemos a los nuevos partidos…

Venezuela es el enésimo tropiezo donde vemos el terrible resultado del empeño en regularlo todo hasta dejar vacías las estanterías de los supermercados. Los pobres son siempre la excusa del comunismo y acaban siendo los pobres los primeros que se levantan contra la tiranía. Venezuela es otra vez Cuba, y Rumanía y Corea. Y Lenin y Stalin y el sueño de la ETA y de Llamazares y de Cayo Lara. La izquierda quiere el totalitarismo porque los que lo imponen saben que no es para ellos. Ése es el paraíso que también quieren para los demás los que se reparten los premios del cine subvencionado.

Pero el desastre de la Revolución, tomen nota, no suele triunfar si no es gracias a los errores, corrupción o complicidad de las élites que antes han pervertido las instituciones. El mensaje del socialismo cala bien en pueblos exhaustos que necesitan culpables, promesas y redención. La derecha que abandona principios, las instituciones degeneradas, la avaricia de los oligarcas no justifican el totalitarismo, pero bien que ayudan a que llegue.

Cuando miro que en Venezuela se instala poderoso el socialismo gracias a las rencillas de la oposición, me veo en el espejo del egoísmo y me olvido para pensar en España. Y algunos siguen jugando con fuego. Lo que nos espera, otra vez. Por enésima vez. Viva Venezuela libre, ánimo para todo el pueblo venezolano.