De 10
Yo sé que duele. Mucho. Y pica. Pero es lo que hay, madridismo y envidiosos varios. El 10 lleva semanas, meses e incluso años sacando un 10 en los exámenes parciales. Messi es otra cosa. Come aparte. Con su bola va a su bola.
Yo sé que duele. Mucho. Y pica. Pero es lo que hay, madridismo y envidiosos varios. El 10 lleva semanas, meses e incluso años sacando un 10 en los exámenes parciales. Messi es otra cosa. Come aparte. Con su bola va a su bola.
Yo sé que duele. Mucho. Y pica. Pero es lo que hay, madridismo y envidiosos varios. El 10 lleva semanas, meses e incluso años sacando un 10 en los exámenes parciales. Y el sábado siguió destrozando récords a los que más les abre las heridas. Messi es otra cosa. Come aparte. Con su bola va a su bola. Y con ella lleva ya 228 goles en Liga. Casi nada. Casi todo. Los que tragaron saliva el sábado lo hicieron dos veces: cuando Leo superó a Di Stefano y, un gol más tarde, cuando igualó a Raúl González. Dos ídolos del madridismo, dos tótems del fútbol y dos señores del balompié. Los números no son lo mío pero, a veces, hay que recurrir a ellos cuando te señalan con el dedo el corazón y te dicen que solo escribes desde ahí. Pues miren, no. Hoy, no. Messi ha jugado 263 partidos de Liga y Di Stefano marcó 227 goles en 329. Alguno me dirá que eran otros tiempos, otro fútbol y otros árbitros. Vale. Vamos al siguiente dato frío: Raúl consiguió sus 228 tantos en 550 encuentros. Los estetas y los matemáticos pueden leer juntos y de la mano el artículo: coincidirán. Ítem más: Messi solo tiene 26 años. Sin quitarle méritos a los de entonces y a los de ahora, minimizar u opacar la calidad y los datos del jugador del Barça es absurdo. La realidad es tozuda, que decía aquel, y el futbol del 10 blaugrana, también. Los que ya peinamos canas sabemos que estamos ante un fenómeno casi único que aparece cada muchos años. Los barcelonistas de pelo blanco, con años y años de sequía y juego insípido adheridos a sus carnets de socio, aún le dan más valor. Para mi hijo de 14 años y su generación anterior el fútbol de Messi es casi un uniforme de diario y le dan un valor emocional un punto más bajo. En lo que coincidimos todos es en los números. Ahí no hay épocas que valgan. Y el argentino camina hacia nuevos récords que reescribirán la historia de este deporte y le pondrán a Leo un 10 en el examen final.