Pintar la guerra, amar la Patria

Un amigo me dijo que no quedan personas que den la vida por nada ni por nadie. Pintar a nuestros soldados es una forma de resucitar a quienes dieron la vida por nosotros.

En el Palacio Provincial de Alicante se puede ver una exposición del genial pintor Augusto Ferrer-Dalmau. La muestra se llama «Soldados en la historia» y es un homenaje a los que lucharon en las guerras de España.

Es absolutamente maravilloso que, en estos tiempos de amenazas secesionistas, sea este pintor catalán nacido en Barcelona, que aplicó sus técnicas diseñando para el tradicional sector textil de Cataluña, quien nos regale en magníficos dibujos su pintura realista sobre las batallas olvidadas de nuestra historia. Las guerras de los héroes en las que perdimos con dignidad o en las que vencimos colocando a España donde debe estar.

Obras como «Carga del río Igan por el Regimiento Alcántara», «Regimiento Asturias en África en 1861», «La Guardia Civil en 1900», «La Brigada Acorazada» o «La Patrulla de Afganistán» dibujada in situ, en pleno desierto, captando la brutalidad de un mundo inhóspito… son ejemplos de una historia de amor a la nación, a la Patria, al sacrificio de los nuestros, porque están reflejando grandes valores olvidados que nos están llegando en un susurro.

La de Ferrer-Dalmau es una contribución que tiene un valor infinito en esta España entontecida y triste, en la que todo lo militar se identifica con todo lo contrario de lo que es y el Ejército va siendo reducido a una organización no gubernamental que nada tiene que ver con su sagrada misión de defender a toda la sociedad. 

Un amigo me dijo que esta crisis consiste en que ya no quedan personas que den la vida por nada ni por nadie. Según esta profunda aseveración, pintar a nuestros soldados de la historia es una forma de resucitar a tantos que dieron la vida por nosotros. España es exigente y nosotros debemos ser generosos.