Se fue Paco
La guitarra se hizo guitarra porque esperaba a Paco de Lucía. La música, el flamenco de Paco acontecía. Como debe ser la música, que acontece naciendo y viviendo para siempre en los que tienen la suerte de estar presentes.
La guitarra se hizo guitarra porque esperaba a Paco de Lucía. La música, el flamenco de Paco acontecía. Como debe ser la música, que acontece naciendo y viviendo para siempre en los que tienen la suerte de estar presentes.
La guitarra se hizo guitarra porque esperaba a Paco de Lucía, que hoy no ha podido esperar más para abrazar eternamente esta humanidad de mujer que el hombre arranca la música como la pasión con sus manos, con el tempo medido, con el corazón abierto.
La guitarra nunca ha sido amiga de las grandes orquestas. Los conciertos para guitarra en la historia de la música aparecen en listas excepcionales de instrumentos, como armónicas de cristal o arpas americanas, invitados a unas excepciones en las cuales sólo el pianoforte llegó a ser miembro permanente sin discusión.
La pieza musical clásica más difundida en la radio ha sido, rotundamente «el Concierto de Aranjuez», con la rotundidad de recaudación para el SGAE también para el Maestro Rodrigo. Y con la rotundidad de la seducción popular que la guitarra ha tenido para entrar en la música, como una culminación de reconocimiento popular de grandes genios como Albeniz o Granados. El Concierto de Aranjuez también esperaba a Paco de Lucía.
La música, el flamenco de Paco acontecía. Como debe ser la música, que acontece naciendo y viviendo para siempre en los que tienen la suerte de estar presentes. El MP3 ha enviado a la música a campos de concentración en discos duros, compitiendo por el número de horas, piezas, gigas y teras que uno es capaz de coleccionar, como cadáveres de grandes momentos. Pero nos queda esa fotografía para siempre, como quedaron, con crujidos vinílicos, los instantes irrepetibles de la voz de Armstrong y los tempos sorprendentes de Rubinstein en el piano, esforzándose en entrar en micrófonos aparatosos, protagonistas, que habían pasado por la misma función de guardar entre crujidos, para Historia, la voz de Winston Churchill levantando patrias.
Paco abrazaba sensualmente la guitarra para arrancar una música sobrecogedora, viva, con una forma de vida especial que sólo Paco sabía darle. Hoy toda la belleza y la eternidad que Paco buscaba con sus manos, abraza a Paco para vivir para siempre. A nosotros nos quedan crujidos de vinilo y archivos duros. A los que nos llevó en alguno de sus viajes en vida, guardaremos esos recuerdos después de su muerte. Que su música viva así para siempre.
