A la sombra de A. Suárez
La solemnidad ha hecho acto de presencia en las inmediaciones del Congreso de los Diputados para despedir al amigo fiel; al hombre que ayudó a restablecer las libertades; al primer presidente de la democracia.
La solemnidad ha hecho acto de presencia en las inmediaciones del Congreso de los Diputados para despedir al amigo fiel; al hombre que ayudó a restablecer las libertades; al primer presidente de la democracia.
La solemnidad ha hecho acto de presencia en las inmediaciones del Congreso de los Diputados para despedir “al amigo fiel”; “al hombre que ayudó a restablecer las libertades“; ”al primer presidente” de la democracia. Miles de ciudadanos formaron ayer una cola interminable más allá de la Plaza de Cibeles para dar el último adiós a Adolfo Suárez. Muchas son las palabras que se han destilado para engrandecer al mito; ese que incluso en vida lo acompañó por ser de los primeros que cavó para sacar la porquería anquilosada de años de dictadura. La historia de Suárez la sabemos todos y aquellos que no, que la revisen o lean los periódicos de estos días. Me sumo a todos los halagos y a la rabia de esa enfermedad -el Alzheimer- que tantos ciudadanos padecen. No quisiera olvidarme de ellos y sus familias; ¡Unos valientes silentes como lo fue Suárez en vida y en su dolencia! Curiosa era la calma de este lunes, el respeto a las puertas del Congreso donde se ha instaurado la capilla ardiente, después de un intenso fin de semana de manifestaciones contra los recortes. Generaciones se han unido para despedirse de una época que cambió nuestro país, en una época que pide a gritos una transformación de nuestros políticos. De poder hablar… ¿Qué les diría Suárez en el hemiciclo? “No hay por qué tener miedo a nada. El único miedo racional que nos debe asaltar es el miedo al miedo mismo. El futuro no está escrito, porque sólo el pueblo puede escribirlo, para ello tiene la palabra” fragmento de discurso que pronunció en 1976, hablando del proyecto de ley para la Reforma política. 35 años más tarde el pueblo habla y pide una nueva reforma. Parafraseándole de nuevo “Las palabras parecen no ser suficientes es preciso demostrar con hechos […] lo que queremos”.