#dosmesesderevolucion
Nadie daba ni un duro por la revolución estudiantil venezolana. Dos meses después, cada día, miles de jóvenes estudiantes, universitarios y sus familias protestan en Venezuela, en las calles desde Caracas a Táchira.
Nadie daba ni un duro por la revolución estudiantil venezolana. Dos meses después, cada día, miles de jóvenes estudiantes, universitarios y sus familias protestan en Venezuela, en las calles desde Caracas a Táchira.
Nadie daba ni un duro por la revolución estudiantil venezolana. Dos meses después, cada día, miles de jóvenes estudiantes, universitarios y sus familias protestan en Venezuela, en las calles desde Caracas a Táchira por acabar con el régimen dictatorial de Maduro. Leopoldo López, el líder socialista opositor ya cumple un mes de encarcelamiento, y aún así no pierde ni las fuerzas ni las ganas de vencer a la dictadura castrista que pretenden imponer en Venezuela. El régimen de terror, de pobreza y falta de libertades que asila Venezuela no es nuevo, pero sí lo son las formas. Chávez, con todo, fue infinitamente más inteligente que Maduro, un hombre sin escrúpulos que tiene bajo su conciencia el asesinato de dos docenas de jóvenes, y centenares de presos políticos.
Venezuela, quinto país en reservas petroleras del mundo está inmersa en una crisis sin precedentes, desde que Hugo Chávez abrazara el Castrismo bolivariano. Desde hace casi dos décadas, cubanos ilustrados en el arte de la represión conviven entre los venezolanos imponiendo un régimen de falta de libertades sin precedentes. A diferencia de las revueltas del 2002, en esta ocasión los jóvenes universitarios, los estudiantes venezolanos han salido a las calles para tomarlas. Y su apuesta es cierta. María Corina Machado y Leopoldo López se han convertido gracias a su fortaleza, voluntad, y dignidad en los Mandela de América Latina. Por eso, porque no se callan ante la pobreza, la violencia, los abusos y la dictadura pretenden despojarlos de su voz en una cárcel. Se equivoca Maduro, las redes sociales han cambiado el mundo. Se equivoca Capriles en su política de «nadar y guardar la ropa». Venezuela puede dar un paso fundamental hacia la libertad. Puede salir mal, pero millones de venezolanos están dispuestos a que salga bien. El pucherazo de las últimas elecciones presidenciales, se puede transformar en la primera bandera democrática en Venezuela en dos décadas. Ojalá triunfe la libertad y la democracia. No será fácil.