¡Lo que le faltaba a Nicaragua!
Desde el jueves pasado (10 de abril) Nicaragua vive en alerta roja. Varios terremotos en torno al lago de Managua y sus más de mil réplicas mantienen en tensión a las dos principales ciudades del país: León y Managua.
Desde el jueves pasado (10 de abril) Nicaragua vive en alerta roja. Varios terremotos en torno al lago de Managua y sus más de mil réplicas mantienen en tensión a las dos principales ciudades del país: León y Managua.
Desde el jueves pasado (10 de abril) Nicaragua vive en alerta roja. Varios terremotos en torno al lago de Managua y sus más de mil réplicas mantienen en tensión a las dos principales ciudades del país: León y Managua. Sobre todo desde que el domingo por la tarde se anunciaba la activación de la falla que destruyó la capital en 1972.
Es lo que le faltaba a Nicaragua. Un país pobre, en manos de gobernantes que la misma prensa nacional llama “inconstitucionales”, que bajo una ideología sandinista y populista sólo roban, engañan y manipulan al pueblo. Ahora azotado también por el miedo y la inseguridad de terremotos, como si la amenaza de la pobreza fuera poco. Un pueblo acostumbrado a sufrir, adormecido en sus luchas y que no parece aún despertar y reaccionar de una vez ante la injusticia de los poderosos de turnos o de las amenazas telúricas. Yo diría, un pueblo demasiado conformista o anestesiado de dolor. Mi querido pueblo.
Parece que los desastres naturales se dieran cita siempre en los lugares más pobres. Y que tengan especial interés en ensañarse con estos. La naturaleza sigue sus leyes sin mirar nada. Pero ¿qué hacer ante situaciones tan difíciles? ¿Qué hacer cuando la casa demolida no está asegurada? Esto es lo que sucede en la mayoría. Cuando a una familia ya le resultaba difícil tener para comer y ahora encima lo pierde todo. Cuando a la angustia de vivir al día se le suma el miedo ante la posibilidad de perder la vida. La Managua destruida en el año 72 nunca fue reconstruida, pero sí habitada. Y es ahí donde pasa esa falla que ahora amenaza.
Urge para países como Nicaragua gobiernos que velen realmente por su pueblo. Urge educación para todos, progreso sin distinciones ideológicas, derechos humanos cubiertos, libertad política real y reflexión nacional eficaz. No más pseudo-democracias. No más engaño al pueblo. No más anestesia política.