THE OBJECTIVE
Irene Cacabelos

El abuelo Berlusconi

Los jueces italianos son unos cachondos. Condenar a alguien como Silvio Berlusconi, cuyo síndrome de Peter Pan es más que notorio, a cuidar ancianos es una genialidad se mire por donde se mire.

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El abuelo Berlusconi

Los jueces italianos son unos cachondos. Condenar a alguien como Silvio Berlusconi, cuyo síndrome de Peter Pan es más que notorio, a cuidar ancianos es una genialidad se mire por donde se mire.

Los jueces italianos son unos cachondos y me quito el sombrero ante la última de sus sentencias. Condenar a alguien como Silvio Berlusconi, cuyo síndrome de Peter Pan es más que notorio, a cuidar ancianos es una genialidad se mire por donde se mire.

No sé si la decisión va con segundas, pero va siendo hora de que el casi octogenario «Cavaliere» pille la indirecta y empiece a pensar en su retiro.Tal vez pasando más tiempo con compañeros de su quinta consigan que acabe desdeñando el «bunga-bunga» y apostando por los torneos de petanca, aunque francamente lo veo complicado.

No acostumbra Berlusconi a acatar decisiones judiciales sin el pertinente pataleo previo, pero esta vez es distinto. El «castigo» le permitirá seguir con su agenda política. Porque no se olviden. Il Cavaliere sigue siendo el líder de Forza Italia y está en plena campaña para las Europeas y no hay sentencia, juicio o caso de corrupción que haya conseguido apartarle todavía de la vida pública. Y eso es en realidad lo grave.

Anécdotas aparte, Italia sufre un fenómeno de «agarre al sillón» bastante más fuerte que el que padecemos en España. Basta echar un ojo a la media de edad de su clase política que, objetivamente , pide a gritos una renovación. Un «Redecora tu vida» (política), en toda regla.

Volviendo a Berlusconi y buceando en la letra pequeña de la noticia no conviene olvidar otro detalle importante. Apenas cumplirá un año de los cuatro a los que fue condenado en su momento. Los otros tres se los perdonaron en un indulto firmado por el Gobierno Prodi.

Es ahí donde, por desgracia, la realidad nos vuelve a confirmar que España e Italia sufren de los mismos males. Tal vez aquí estemos a tiempo de evitar episodios parecidos en el futuro. De momento , ya les digo que vamos por mal camino.

Mientras quienes manejan los hilos prefieran indultar a banqueros antes que a delincuentes comunes, seguiremos estando demasiado lejos de una democracia real.

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