¿Fumigarán los Castro a Yoani Sánchez?
Con la misma contundencia con la que atacan al Aedes Aegypti, los viejos y eternos comunistas apoltronados en su isla son también especialistas en acabar con aquellos que intentan trabajar por la libertad de información de los cubanos.
Con la misma contundencia con la que atacan al Aedes Aegypti, los viejos y eternos comunistas apoltronados en su isla son también especialistas en acabar con aquellos que intentan trabajar por la libertad de información de los cubanos.
Hay que ver qué bien fumiga el régimen cubano contra el mosquito transmisor del dengue. Con la misma contundencia con la que atacan al Aedes Aegypti, los viejos y eternos comunistas apoltronados en su isla son también especialistas en acabar con aquellos –a los que también consideran insectos– que intentan trabajar por la libertad de información de los cubanos.
He tenido la fortuna de compartir unas horas con la bloguera Yoani Sánchez y mientras la escuchaba hablar entusiasmada con su nuevo proyecto, un medio de comunicación desde las alturas de su edificio habanero, me imaginaba desesperados a Fidel y Raúl inventando una nueva versión de DDT para rociar las manos y las mentes de los valientes compañeros de Yoani que quieren llevar un poco de luz en forma de crónica y reportaje al oscuro panorama mediático en el que viven los cubanos desde hace 55 años.
Cuenta Yoani que algunos de sus colaboradores ya han recibido una llamadita preventiva de los sabuesos de la seguridad del estado pero lejos de amedrentarles con sus conspiranoias sobre la CIA, el FBI y el ala oscura de la Casa Blanca, les parece que es una prueba de que van por el buen camino. Yo desde luego voy a hacer click todos los días para ejercitar mi dedo índice en la lucha contra la dictadura en la web de la que ya sé el nombre y día de lanzamiento pero que me he comprometido a no revelar.
A todos nos gusta quejarnos y los periodistas nos somos una excepción pero cuando escucha lo complicado que es ejercer nuestra profesión en algunos lugares del mundo, hago propósito de enmienda para no quejarme.
En el mundo libre puede que desde el poder se nos suelte un manotazo para evitar nuestro zumbido informativo, pero en lugares como Cuba se fumiga literalmente al periodista.