Lamentable relajación

Acostumbrados los que ya peinamos canas a un Madrid que pasara lo que pasara y ganara lo que ganara luchaba por la victoria hasta el último minuto de partido, es decepcionante ver como los hombres de Ancelotti decidieron desengancharse del campeonato liguero.

Por utilizar una adjetivo moderado diría que la forma en la que el Real Madrid se ha descolgado de la Liga ha sido lamentable. Acostumbrados los que ya peinamos canas a un Madrid que pasara lo que pasara y ganara lo que ganara luchaba por la victoria hasta el último minuto de partido, es decepcionante ver como, tras clasificarse para la final de la Champions , los hombres de Ancelotti decidieron desengancharse del campeonato liguero.

Sí ya sé que en la larga y exitosa historia del Real no figura la triple corona y en muy pocas ocasiones tan solo en dos (temporadas 56/57 y 57/58) logró el doblete Liga-Copa de Europa. Todos somos conscientes de lo difícil que es alcanzar ese hito y nadie ni el más exigente de los madridistas habría expresado la más mínima crítica si los empates ante Valencia y sobre todo Valladolid, hubiesen llegado por los méritos del rival y no por la dejadez y falta de tensión de los blancos. Eso es lo recliminable. En el gen del Madrid aunque es verdad que el año de la novena pasó algo parecido, no figura bajar los brazos y renunciar a una competición tan importante como la Liga. Los Di Stefano, Pirri, Amancio, Camacho y compañía jamás habrían permitido que el equipo se relajase y más si esa relajación tiene como efecto secundario el volver a meter en la lucha por el campeonato a tu máximo rival. 

El Barça que ya estaba de vacaciones tras su empate ante el Getafe celebró como victoria propia el empate del Madrid en Pucela. Normal. En lo que duró el desastre madridista en Valladolid, los culés pasaron del fracaso más absoluto, despido del entrenador incluido, a la posibilidad de cerrar la temporada por delante de equipo que después de la exhibición de Munich aspiraba incluso al triplete. Es lo que a veces tienen jugar a la ruleta rusa. Dependiendo de donde cae la bolita puedes pasar del éxito al fracaso en un instante. El veinticuatro en Lisboa no será una bolita y si un balón el que decida si la temporada del Madrid hay que enmarcarla con letras de oro o como una más en su ya centenaria historia.