Una obra de arte en la oscuridad
Pasa el avión delante de la luna. Alguien, desde el suelo, lo fotografía. Una preciosidad. Sin preparación alguna, sin que el piloto se haya enterado. Una maravilla sin querer, en la noche de Argelia.
Pasa el avión delante de la luna. Alguien, desde el suelo, lo fotografía. Una preciosidad. Sin preparación alguna, sin que el piloto se haya enterado. Una maravilla sin querer, en la noche de Argelia.
Pasa el avión delante de la luna. Alguien, desde el suelo, lo fotografía. Una preciosidad. Sin preparación alguna, sin que el piloto se haya enterado. Una maravilla sin querer, en la noche de Argelia.
En nuestras noches, otras maravillas. La de los padres que atienden al hijo o a la madre enferma. La de los que reparten comida a los que no pueden conseguirla. La del estudiante que ayuda a otro al que aquella asignatura no se le da bien. Eso, en muchos sitios. También donde parece que todo es odio, porque unos cuantos lo siembran. Donde el ruido de las bombas no deja escuchar lo bonito.
Pienso que el fotógrafo está seguro de que ese avión no ha hecho ruido.
Sólo ha hecho belleza.