Idiota para siempre
No acierto a entender muy bien qué se consigue, por ejemplo, con la marca conseguida recientemente en Chile del mosaico de pelotas de ping pong más grande del mundo, pero intuyo y espero que la gente de Matrix Group que la ostenta se divirtiera con ello.
No acierto a entender muy bien qué se consigue, por ejemplo, con la marca conseguida recientemente en Chile del mosaico de pelotas de ping pong más grande del mundo, pero intuyo y espero que la gente de Matrix Group que la ostenta se divirtiera con ello.
Tal vez sea por mi incapacidad para conseguir grandes logros que nunca haya aspirado a entrar en el libro Guiness de los Récords. Siempre asisto con un cierto grado de asombro a las cosas que hace la gente con tal de conseguir un registro que permita incorporar su nombre a la publicación. En ocasiones, sobre todo cuando se trata de récords conseguidos en grupo, comprendo que el intento de batir una marca mundial pueda ser una excusa para socializar y pasar un buen rato. No acierto a entender muy bien qué se consigue, por ejemplo, con la marca conseguida recientemente en Chile del mosaico de pelotas de ping pong más grande del mundo, pero intuyo y espero que la gente de Matrix Group que la ostenta se divirtiera con ello.
Muchas más dudas me generan algunas marcas individuales. Desde luego, soy incapaz de comprender que le ha movido a este chino llamado Gao Bingguo a querer ser el hombre cubierto por mayor número de abejas en la historia. En realidad, lo que no entra en mis esquemas mentales es que alguien desee que miles de abejas se posen sobre su cuerpo, a no ser que sus esquemas mentales sufran un notable deterioro merecedor de atención farmacológica. El tipo capaz de sostener el coche más pesado sobre su cabeza, el que recibió la patada más fuerte en los testículos o el que pedaleó hacia atrás mientras tocaba el violín más de cinco horas son algunos ejemplos más de gente que decidió unir su nombre para siempre a una gesta sui generis.
El problema no es que el Sr. Bingguo quiera obtener un récord, sino que quiera batirlo, es decir, que alguien en su insano juicio ya haya cometido semejante dislate.Tal vez en una demostración de crueldad infinita, creo que lo que el Sr. Bingguo merece es que no le homologuen el récord por 7 abejas y que pase a llamarse Gao Pringao entre su comunidad.
Entre nosotros, creo que es mejor no pasar a la historia a que tu nombre quede asociado a una estupidez por los siglos de los siglos, es decir, a convertirte en idiota para siempre. Aunque eso no es sólo cosa de récords Guiness. ¿Hablamos de política?