El pandemónium del Parlamento europeo
Vistas desde España, el resultado de las elecciones europeas es harto confuso o por lo menos complicado. En el conjunto continental continúa la hegemonía de socialistas y populares (democristianos) aunque con reservas.
Vistas desde España, el resultado de las elecciones europeas es harto confuso o por lo menos complicado. En el conjunto continental continúa la hegemonía de socialistas y populares (democristianos) aunque con reservas.
Vistas desde España, el resultado de las elecciones europeas es harto confuso o por lo menos complicado. En el conjunto continental continúa la hegemonía de socialistas y populares (democristianos) aunque con reservas.
Esa ha sido la fórmula clásica desde la fundación de la UE, que fue originariamente Comunidad del Carbón y del Acero. Ahora se prevé una coalición de Gobierno entre las dos grandes fuerzas inveteradas. Pero el abanico multicolor del Parlamento europeo es cada vez más heteróclito. El sistema de Gobierno europeo resulta muy caro.
En España las cosas son algo diferentes, para no perder la costumbre. Los dos grandes partidos han entrado en barrena, aunque no parece que se hayan dado cuenta. No surge una derecha extrema y xenófoba o antieuropeísta, como en otros países. Se afianza, en cambio, una extrema izquierda, próxima a un comunismo populista con aires de pachanga caribeña. Tan arrollador ha sido el auge la izquierda radical en España que se prevé una especie de Frente Popular de 1936, que ahora será “Frente Utópico” o algo así. Pero será igualmente autoritario, violento, anticlerical y excluyente. Se encargará de resucitar la memoria de la Guerra Civil. Por lo visto, es lo más original que ha dado al mundo la España contemporánea.Otra peculiaridad española es el refuerzo de los partidos nacionalistas de Cataluña y le País Vasco. Ya no son burgueses y moderados sino secesionistas y de izquierdas.
No parece que los dos grandes partidos (socialistas y populares) se muestren preocupados por la posible secesión de esas dos regiones. Es algo sorprendente. Como lo es el hecho de que esas dos grandes fuerzas no se hayan planteado en la campaña electoral el tema de la corrupción política.