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Fúrgol

Nunca he entendido que una persona preparada y culta pueda subestimar a otra por su poca preparación educativa, ya que idiotas titulados hay en todas partes, incluso reponiendo en el Carrefour.

Opinión

Nunca he entendido que una persona preparada y culta pueda subestimar a otra por su poca preparación educativa, ya que idiotas titulados hay en todas partes, incluso reponiendo en el Carrefour.

«Hola, me llamo Raquel, tengo 32 años y me gusta el fútbol. Lo siento, me he equivocado, no volverá a ocurrir». Esta es la frase de moda que, según los gurús de la cultura twittera, deberíamos de pronunciar todos los forofos de este deporte. Da igual si violas niños mientras leas a Bukowski, pero no te atrevas a demostrar en público que te gusta el fútbol. Si tienes Derecho y eres del Madrid, la carrera baja a magisterio infantil. Si eres del Barça te disminuye a periodismo, por lo de intentar disfrazar la realidad al mejor postor.

Habla «Pablemos» en su discursiva de la casta y qué razón lleva. En España hay castas de todo tipo: sociales, económicas, culturales… Éstas últimas son las peores. Nunca he entendido que una persona preparada y culta pueda subestimar a otra por su poca preparación educativa, ya que idiotas titulados hay en todas partes, incluso reponiendo en el Carrefour. Pero si hay algo que me molesta soberanamente, sin intención de abdicar de ello, son los que enarbolan la bandera de la cultura guiándonos al resto cual borregos de lo que es intelectualmente aceptable. Cada vez que un tuitstar se ríe de los que disfrutamos con el fútbol me dan ganas de recordarle que un título universitario lo puede tener casi cualquiera, incluida la infanta Elena. Ahora vas y te sientes orgulloso de tu diploma.

Que te guste el fútbol sólo demuestra una cosa: las ganas de disfrutar con un deporte como otros disfrutan con una película o un buen libro. Es puro entretenimiento. Cierto es que mientras vemos fútbol, la crisis pasa por nuestra vida sin que pongamos remedio a ello, pero tampoco he visto a los tuitstar que denostan este deporte arrojar libros de Kafka a la cabeza de Rajoy. Como dijo un gran actor, «Váyase usted a la mierda».