Exportar armas, importar terrorismo

Esos artistas del poder identifican al enemigo de forma truculenta pero los que incendian el mundo con terror lo hacen con financiación y armas de quienes presumen de ser los buenos.

Al-Asad advierte de que el terrorismo está a punto de llegar a Occidente y a quienes han apoyado esas acciones violentas en Siria y Oriente Medio. «Tarde o temprano se volverá contra ellos», ha asegurado tras reunirse con el ministro norcoreano de Exteriores…

En el mundo global se analizan poco los problemas internacionales debido a una mezcla de ensimismamiento con un gran porcentaje de periodismo mediocre. Así, pocos son conscientes de la influencia que en cualquier abdicación o en cualquier movimiento de poder, tienen los poderosos que juegan con las marionetas de un mundo cada vez más pequeño.

Muchos pensarán que las últimas declaraciones de Al-Asad que estamos comentando aquí son una amenaza. No lo creo. Parecen más bien el aviso de un viejo aliado. Creo que Al-Asad deduce con toda lógica el desastre de ese afán de controlar el mundo, por cierto, con grandes dosis de siniestra geoestrategia anticristiana. Por eso vemos conectados todos esos terrorismos que acaban siempre masacrando cristianos, sea religiosos en Irak o feligreses en una parroquia en Nigeria, o violando niñas en Siria o apedreando convertidas a Cristo en Irán.

Esos artistas del poder identifican al enemigo de forma truculenta pero los que incendian el mundo con terror lo hacen con financiación y armas de quienes presumen de ser los buenos. No se puede acusar a las naciones ni a sus pueblos pero sí a los dirigentes de un mundo empeñado en autodestruirse. El Papa Francisco no deja de denunciar las injusticias señalando a los culpables, como hizo de forma impresionante en su reciente viaje a Tierra Santa: “el odio y la codicia del dinero son la raíz y la causa de la guerra y la guerra continua gracias a quienes negocian con los conflictos y fabrican y venden armas”… Lo pagaremos. A alguien interesa.