El Califato de Obama
Siria es un país compuesto por pueblos que se remontan, entre el Tigris y el valle del Eufrates, a civilizaciones cuyo pedigree le encantaría exhibir a Artur Mas. Hoy, la foto instantánea de Siria es un país con la mitad de habitantes que España.
Siria es un país compuesto por pueblos que se remontan, entre el Tigris y el valle del Eufrates, a civilizaciones cuyo pedigree le encantaría exhibir a Artur Mas. Hoy, la foto instantánea de Siria es un país con la mitad de habitantes que España.
Sea Vd. escéptico si le explican qué está pasando en Siria y usted (es irrefrenable el juicio) decide quienes son los buenos y los malos del escenario.
Siria es un país compuesto por pueblos que se remontan, entre el Tigris y el valle del Eufrates, a civilizaciones cuyo pedigree le encantaría exhibir a Artur Mas. Hoy, la foto instantánea de Siria es un país con la mitad de habitantes que España, con un ejército el doble de poderoso que el nuestro, al que aplica un presupuesto 4 veces mayor. Tiene una estructura política que no es perfecta. Un régimen presidencialista con un marcado sabor monárquico: es la familia quien transmite la jefatura del Estado, quién gobierna el ejército (de buenos profesionales) y quién administra un país con unos representantes que tienen una función real de moderar y sobre todo, aparentar.
En Siria nacieron los pueblos que alumbraron civilizaciones que han contribuido a que Vd. y yo estemos aquí y tengamos certezas, convicciones y experiencias que, antes de la civilización Egipcia y, tras dominar las invasiones turcas el dominio persa, en Siria dan razón de ser a la convivencia de etnias, pueblos y religiones que en otras partes del mundo parecen irreconciliables.
Una especia de Toledo en Eufrates, los judíos y los primeros cristianos de culto árabe y arameo han convivido en Siria en un régimen de tolerancia que, bajo una presidencia sometida a la ‘ley de la media Luna’ es milagrosa. Hay más tolerancia en el régimen de Hassad que en acreditadas democracias occidentales. Siria es oriental, occidental y accidental; un sendero que atravesó prácticamente la historia del mundo. Mucho, mucho antes que Hernán Cortés. Mucho, mucho antes que…Obama.
Obama quiere ‘arreglar’ Siria. Recuerde el escepticismo al que apelaba, porque la quiere arreglar con dinero. Un presupuesto de 500 millones aprobado por el Congreso para apoyar a los rebeldes.
Los rebeldes en Siria han vendido un proyecto de ‘democracia islámica’ en las cancillerías donde, de hecho, reciben financiación para armamento, dinero para mercenarios y, sobre todo, propaganda, mucha propaganda. Mucho ruido alrededor de Siria. Es un último bastión de un régimen no afectó al ‘califato’; la asunción de la Saria monolítica y excluyente.
Una vez más Obama piensa que basta con bombardear urnas y ‘kits’ de democracia ‘do-it-yourself’ para ‘arreglar’ Siria sin entender 5.000 años de Historia. El califato de Obama está ya produciendo mártires católicos, cristianos, hebreos. Están desapareciendo lenguas, como el Arameo, con las que se escribió buena parte del libro más vendido en la historia de la Literatura, la Biblia y su Nuevo Testamento. Hoy, irremediablemente, caerán más vidas en esa trampa de la mentalidad occidental que sólo busca poner freno (el ajuar de guerra sirio es de origen soviético) y fronteras, sin mirar qué pasa dentro.
El califato de Obama, torpe, zapateril, que contrasta con la diplomacia de Francisco, la del abrazo abierto, de ojos que miran dentro, que respetan lo que no entienden y sólo están ciertos de pocas certezas, pero que son las que dan más sentido a todas las preguntas. Todo el escepticismo que le pedía a Vd. antes de juzgar ‘el arreglo de Siria’ que emprende Obama y sus golpistas contra la débil pero viva legalidad que quedaba viva y conviviendo.