Luisito, estamos con vos
Le den o no vela en el entierro, Maradona siempre opina. O se posiciona. O mete baza. La cuestión es cuestionar. Y si se trata de la FIFA, más aún. El mordisco injustificable de Luis Suárez -la imagen de este Mundial, por desgracia- ha dado la vuelta al mundo.
Le den o no vela en el entierro, Maradona siempre opina. O se posiciona. O mete baza. La cuestión es cuestionar. Y si se trata de la FIFA, más aún. El mordisco injustificable de Luis Suárez -la imagen de este Mundial, por desgracia- ha dado la vuelta al mundo.
Le den o no vela en el entierro, Maradona siempre opina. O se posiciona. O mete baza. La cuestión es cuestionar. Y si se trata de la FIFA, más aún. El mordisco injustificable de Luis Suárez -la imagen de este Mundial, por desgracia- ha dado la vuelta al mundo y ha terminado estampada en una camiseta que lucía Diego Armando hace unos días con la frase «Luisito, estamos con vos».
El argentino se ha erigido en uno de los máximos defensores del uruguayo mientras éste aterrizaba en su país entre silencios y lágrimas. Aprieta los dientes mientras espera en casa de su madre en Montevideo que le rebajen la pena y Maradona provoca a los jerifaltes. «¿Por qué no lo mandan a Guantánamo?», pregunta irónico. El fue otro de los chicos malos a los que castigó la FIFA. Dio positivo por efedrina en un control antidopaje y tuvo que salir del Mundial 94 por la puerta de atrás. El astro siempre dijo que «esos jerifaltes me cortaron las piernas» y les acusó de conspiración. Nunca perdonó. Ni perdonará. Le faltó tiempo para salir en defensa de Luis Suárez a la par que dos de sus patrocinadores anunciaban que iban a dejar de utilizar la imagen del jugador en sus campañas publicitarias. Mordió el polvo el delantero y con él, casi todo un país. La reiteración de la acción y la violencia de la misma le hacen acreedor de una sanción pero prohibirle la entrada en los recintos deportivos es tratarle de delincuente. Y no lo es. Incluso el receptor de la mordida, Giorgio Chienelli, considera exagerado el castigo.
«Esto es fútbol, ésto es roce», clama Maradona. Algo más que eso, Diego. Pero cierto es que la desmesura de la FIFA criminaliza a Suárez a la par que abarata algo su coste en su más que posible fichaje por el Barça. En Inglaterra le ven poco menos que como a un apestado mientras que en Uruguay invocan al TAS para que revoque lo que consideran un fallo injusto. A la fiesta se ha sumado el presidente del país, que mejor hubiera hecho quedándose en un segundo plano y dejar que el partido lo jueguen los futbolistas. Mientras, en Noruega, un apostador se pellizcaba para confirmar que no estaba soñando: había ganado 600 euros por apostar 5 a que el delantero del Liverpool mordería a un contrario en el Mundial. El también está con vos, Luisito.
