Sucio Dinero
Los asuntos del dinero son asuntos sucios en las tertulias progres. Ya sabes, los ricos, los bancos, tienen la culpa de todo. Pero todos vamos a los bancos a por dinero y todos soñamos con ser un poco más ricos.
Los asuntos del dinero son asuntos sucios en las tertulias progres. Ya sabes, los ricos, los bancos, tienen la culpa de todo. Pero todos vamos a los bancos a por dinero y todos soñamos con ser un poco más ricos.
¿Cuál es la cantidad de dinero que nos proporciona una buena sensación de felicidad? Una vez oí la respuesta a esta pregunta. El dinero nos sienta bien, nos entusiasma y lo disfrutamos cuando vivimos un poco por debajo del umbral de nuestras necesidades. Es, entiendo, cuando hace ilusión tenerlo, emplearlo en eso en lo que llevamos tiempo pensando o en darnos un homenaje. Por debajo, sólo da problemas y muy por encima, probablemente las cosas se complican. Como los ahorros de la hucha de nuestra infancia que nunca llegaban para grandes cosas, pero fuera lo que fuera lo que compráramos con ellos, nos entusiasmaba.
Los asuntos del dinero son asuntos sucios en las tertulias progres. Ya sabes, los ricos, los bancos, tienen la culpa de todo. Pero todos vamos a los bancos a por dinero y todos soñamos con ser un poco más ricos.
Pero si tenerlo da gusto, más gusto proporciona, dicen algunos, emplearlo en los demás: genera un elevado grado de felicidad espiritual. Esto nos suena raro a los que andamos con lo justo, por imperativos de la vida que nos ha tocado. Sólo pensamos en nosotros mismos y ya nos parece bastante. Pero son muchas las personas que discretamente dedican importantes cantidades de su dinero a ONGs, a Fundaciones, a investigaciones de enfermedades aún sin cura, a entidades de atención a desfavorecidos, enfermos terminales, a ayudar a materializar proyectos vinculados con la cultura, con los derechos humanos…, en definitiva, a resolver problemas de desconocidos para los que muy a menudo la intervención pública es insuficiente.
Es decir, hay ricos y ricos. Y los ricos que dan es porque lo tienen claro. Pongámonos en su lugar, en que nos sobrara el dinero y a ver a cuantas causas nos apetecería ayudar.
No siempre es sucio el dinero. Deberíamos saber que la única manera de hacer el bien en este mundo es o con dinero o con tiempo, con recursos materiales o con dedicación voluntaria.