Digno campeón

Hemos dejado de ser campeones del mundo. Al menos ya no nos dirán eso de “los vigentes campeones”. Pero Alemania se ha ganado el título.

Hemos dejado de ser campeones del mundo. Al menos ya no nos dirán eso de “los vigentes campeones”. Pero Alemania se ha ganado el título.

El partido de ayer fue emocionante, digno de una final de Mundial; el país germano supo plantarle cara a una Argentina que se creció ante la adversidad, ante aquellos que auguraban un baño como el que recibió Brasil de manos alemanas. No fue así, pudo pasar cualquier cosa: tiros al palo, goles que no valían por fuera de juego, despiste de defensas que pudieron acabar con el balón en la red… un partido vibrante para todos, incluso para los que no teníamos predilección por ninguna de las dos selecciones.

Podría haber sido el Mundial de Messi, pero no estuvo a la altura de lo que se esperaba de él; Mascherano, sin embargo, se puso el mundo por montera y ejerció de capitán y de jugador imprescindible. Para mí, de los mejores del torneo. Pero el reconocimiento individual fue para Messi, a Leo “no le interesaba” este balón de oro, su cara reflejaba el disgusto por lo que parecía un premio de consolación. Él quería el título. La Copa del Mundo. La eterna comparación con Maradona. Messi ha demostrado mucho, muchísimo. Aunque no esté siendo el jugador al que estábamos acostumbrados porque él mismo ha dejado el listón muy alto.

Götze fue el elegido, de sus botas salió el gol y con él su marca en la historia que convierte a Alemania en campeona del mundo por cuarta vez. Veinticuatro años después. Se lo merecían. Demasiado tiempo en el candelero pero con la mala suerte de los subcampeones. Löw no tuvo problema en reconocer que bebió de las influencias españolas tras la Eurocopa 2008, en la que perdieron contra el combinado español. Gol de Torres, Luis Aragonés… ¿lo recuerdan? Qué pregunta…

¡Enhorabuena a los germanos!