Sindrome DPM
Ahora toca esperar cuatro años para Rusia 2018, larga agonía que hace cada edición aún más especial porque las mejores cosas de la vida se hacen esperar. Gracias fútbol. Danke Deutschland. OBRIGADA BRASIL.
Ahora toca esperar cuatro años para Rusia 2018, larga agonía que hace cada edición aún más especial porque las mejores cosas de la vida se hacen esperar. Gracias fútbol. Danke Deutschland. OBRIGADA BRASIL.
Mientras unos se besaban en el Campo y celebraban alzando la Copa del Mundo, yo, desde las gradas los veía, con una lagrimita que me recorría el cachete. Me pasaban tantas cosas por la cabeza. «Yo sabía que Alemania ganaría, lo dije cuando se acabo el Mundial de Sudáfrica,» le comenté al colega de al lado. Veía a los bávaros y pensaba, quizá el fútbol de toque de Guardiola no esté tan pasado de moda como creíamos, considerando al Bayern como la base del fútbol alemán. Similar a lo que pasó en Sudáfrica con el Barça y la Roja… Quizá el problema del Barça hoy es simplemente que Pep ya no está. Esto también lo pensaba.
«Es domingo, mañana me voy de Brasil. Tengo que empacar.» Demasiadas emociones juntas en un solo momento, mientras veía al goleador de la final en el Maracanã, Mario Goetze, catapultar la carrera de su novia modelo a través de un beso al estilo Iker Casillas y Sara Carbonero. Fútbol, lágrimas, besos, fuegos artificiales y 74.000 brasileros felices porque Argentina no quedó campeón en su templo sagrado. Sin embargo, yo me sentía ansiosa.
Se acababa la fiesta. Todo el Mundo celebrando y yo empezaba a sentir los primeros síntomas de una Depresión Post-Mundial severa (DPM). Todo pasó tan rápido, 35 días en Brasil que me dejaron claro que elegí la profesión mas hermosa del mundo. Dicen que cuando haces lo que amas, no trabajaras ni un día en tu vida. Ahora toca esperar cuatro años para Rusia 2018, larga agonía que hace cada edición aún más especial porque las mejores cosas de la vida se hacen esperar. Gracias fútbol. Danke Deutschland. OBRIGADA BRASIL.