THE OBJECTIVE
Daniel Ramirez Garcia-Mina

No lo sabía, pero era un grommet

Una vez lo vi, sin saberlo, sin conocer la palabra «grommet», pero supe que era uno de ellos. Aquel día el mar se movía con fuerza, bravo, peleándose con las rocas, engullendo la superficie y convirtiéndola en espuma.

Opinión
Comentarios
No lo sabía, pero era un grommet

Una vez lo vi, sin saberlo, sin conocer la palabra «grommet», pero supe que era uno de ellos. Aquel día el mar se movía con fuerza, bravo, peleándose con las rocas, engullendo la superficie y convirtiéndola en espuma.

Una vez lo vi, sin saberlo, sin conocer la palabra «grommet», pero supe que era uno de ellos. Aquel día el mar se movía con fuerza, bravo, peleándose con las rocas, engullendo la superficie y convirtiéndola en espuma. Él estaba ahí encima, sobre la tabla, aguantando las corrientes imprevisibles, los vaivenes inesperados, y esas olas entrecortadas que llegaban empujándose unas a otras, lejos de la limpieza de un mar tranquilo.

Se movía con facilidad, ágil, guardando el equilibrio, haciendo sentir a los de fuera la imposibilidad de su caída. Disfrutó del surf un rato, hasta que la marea se lo permitió. Cuando supo que tenía que salir, lo hizo tumbado sobre ese diminuto «madero» con quillas llamado tabla, remando, como si calmara con sus pequeños brazos el enfado del mar.

Lo vi subir desde la playa a la cima del acantilado. Iba hacia aquella caseta en la que se cambiaban, tendían los neoprenos y apoyaban sus tablas. Se sentó sobre una pequeña valla que presidía desde lo alto el baile «rockanrollero» y sin coreografía que el cantábrico ofrecía aquella tarde.

Allí comentaba con un amigo la fortuna de las olas previas. Hablaban del invierno, de esos brincos sobre la tabla justo antes de ir a clase, de los madrugones del fin de semana, de los viajes en camioneta, del mar en días de lluvia, de ese neopreno grueso y abrigado que les permitía «entrar al mar», siempre, sorteando los pequeños compromisos que la vida puede ofrecer sin haber alcanzado una quincena sobre esta tierra; sobre este mar.

Aquella vez lo vi. No lo sabía, pero era un «grommet».

Publicidad
MyTO

Crea tu cuenta en The Objective

Mostrar contraseña
Mostrar contraseña

Recupera tu contraseña

Ingresa el correo electrónico con el que te registraste en The Objective

L M M J V S D