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Palestina y la Humanidad

Aquí se dan cita todas las ideologías, las mayores manipulaciones informativas, los análisis más groseros, la ñoñería y beatería más repugnante y la ignorancia más arrogante y estulta.

Opinión

Aquí se dan cita todas las ideologías, las mayores manipulaciones informativas, los análisis más groseros, la ñoñería y beatería más repugnante y la ignorancia más arrogante y estulta.

La lucha de Estados es lo más parecido al estado de naturaleza. Es una pura lucha por la supervivencia, que implica el allegamiento de los recursos necesarios para que un país mantenga su eutaxia política en el tiempo, es decir, su existencia.

En la llamada tierra de Palestina asistimos a una lucha de estados encubierta por la ideología del terrorismo y los derechos humanos. Aquí se dan cita todas las ideologías, las mayores manipulaciones informativas, los análisis más groseros, la ñoñería y beatería más repugnante y la ignorancia más arrogante y estulta.

Como vivimos una época histórica en la que la ética se ha tragado a la moral y a la política, la opinión pública es incapaz de dar cuenta de los fenómenos que se le presentan en los medios de comunicación. Un palestino muerto será ante todo “un hombre muerto” y por tanto inadmisible. Lo mismo podríamos decir de un nazi muerto. Es un hombre, al fin y al cabo.

Pero el hombre en abstracto, desposeído de su lengua, cultura, religión, etc., no existe más que en las ensoñaciones metafísicas de los periodistas, y en las salas de los museos de paleontología (el australopiteco). El hombre muerto en Gaza no se entiende al margen de su lengua arábiga, religión musulmana y proyecto político del Islam imperial renacido y apoyado por otros estados islámicos: Irán, Turquía, entre otros; es decir, la Yihad. Existe el hombre islámico, judío, cristiano, budista; pero no el hombre, a secas.

El apoyo a Israel o a los estados islámicos no puede ser ejercido desde la plataforma de la Humanidad como sujeto histórico-político, porque jamás ha existido. Ha de ser analizado desde una plataforma política concreta y atendiendo a los intereses de esa plataforma en la llamada tierra de Palestina.

Necesariamente.