Foto preferida y foto vetada

Esta es la fotografía de Gaza. Un paisaje de escombros en el que no queda una casa en pie. Un desolador panorama de destrucción total. Un lugar en el que la vida es imposible.

Esta es la fotografía de Gaza. Un paisaje de escombros en el que no queda una casa en pie. Un desolador panorama de destrucción total. Un lugar en el que la vida es imposible.

Todos los espíritus de las redacciones en el mundo parecen de acuerdo en que es la única fotografía que vale la pena. Por eso la mayor parte del mundo cree que todo Gaza es un desierto infinito de escombros. Y se sorprenderían de ver calles intactas, con escaparates, tiendas, cristales y fachadas intactas. Son barrios sin otra cicatriz que la pobreza y el descuido de cualquier suburbio árabe. Esas calles y esos barrios existen, están ahí y son también representativas de lo que ha sucedido. Pero no se fotografían. Esas fotografías están tan vetadas como las que muestran a miembros de Hamás que meten o sacan explosivos de edificios que son hospitales, colegios y mezquitas. O de terroristas vestidos de civiles junto a lanzaderas de cohetes y rodeados de niños. O de bárbaros que dan palizas a unos palestinos porque no les quieren obedecer.

Con los vídeos pasa igual. Los únicos que se ven son los de los niños palestinos heridos o muertos, trágicas víctimas de esta guerra donde la parte que pone la mayoría de los muertos no tiene mayor objeción al hecho de que las víctimas sean más. Porque son un argumento tan poderoso contra Israel como muchas armas. Y por eso las provocan. Y las difunden. A veces incluso falsas. Porque un alto porcentaje de las fotografías distribuidas como imágenes de Gaza por las redes sociales, eran imágenes de Siria. Pero nadie ha indagado y nadie ha pedido disculpas, faltaría más.

El sufrimiento de Gaza es demasiado grande para que sea necesario multiplicarlo en los medios. Pero se hace porque hay que maximizar el castigo a Israel. La criminalización y aislamiento de Israel es el principal objetivo de todas las operaciones de Hamás. Desde sus lanzamientos de cohetes, su construcción de túneles, sus lecciones de odio y arengas de militarización a los niños, hasta las torturas a los supuestos chivatos en que se convierten quienes no obedecen ni quieren plegarse a la extorsión, todo lo que hace Hamás tiene esa meta. Pero no se fotografía.

Solo los europeos han dado rienda suelta a su obsesión por atacar a Israel. Y premiar así a Hamás. Los europeos, en su impertinente superioridad, moral ante los destrozos y las víctimas dirigen sus improperios contra Israel. Y se enfadan porque Israel, que sí conoce las otras fotos, que tiene toda la información, no actúa en función de la manipulación que triunfe en los medios europeos.

Con la proliferación de la foto preferida de los escombros en sus millones de versiones, se intenta aislar y debilitar a Israel. El sueño del terrorismo es conseguir que Israel sea al final tratada como los yezenidos, como un pueblo indefenso e inerme, absolutamente dependiente de la voluntad del prójimo remoto. Y que tenga que suplicar por ayuda exterior y por un acuerdo consensuado que sería el principio del fin de ese pueblo. Pero los judíos ya fueron yesenidos mucho antes que estos. Con el resultado por todos conocidos. No volverá a repetirse. Conviene que todos tengan una imagen clara de la situación. Para lo que hacen falta todas las fotos. Las que vemos aquí y las que nos ocultan.