Soplagaitas

Dicen los estudiosos que cuando escuchas una canción que te gusta, se desencadena una especie de efecto escalofrío que nos conecta con recuerdos, sensaciones y que no sólo te conectan con todo lo bueno, sino que además es beneficioso.

Me permitirán que hoy ofrezca un 3×1 y las reglas (a las de este ejercicio me refiero) me las pase por la puerta de Alcalá.

Foto 1. Dicen los estudiosos que cuando escuchas una canción que te gusta, se desencadena una especie de efecto escalofrío que nos conecta con recuerdos, sensaciones y que no sólo te conectan con todo lo bueno, sino que además es beneficioso.

Ya sabíamos que una canción puede cambiarte la vida, pero lo sabíamos de memoria, inconscientemente, por puro instinto juvenil. No es que estudiar los escalofríos no nos parezca una ciencia exacta, para eso están los estudios y los estudiosos. Últimamente observo que hay estudios y estudiosos para cada cosa. No dejamos nada ni nadie por estudiar y agosto nos ofrece un variopinto abanico de estudios cada cual más singular.

Así las cosas, miro a los señores de la foto 2 y pienso en la orgía de emoción, música y escalofríos de estos gaiteros de Escocia highlanders de pierna peluda reunidos en Glasgow, no por la parte del sopla gaitas al uso, sino para elegir a los mejores gaiteros de las tierras altas. Océanos de emoción, exaltaciones patrióticas, himnos y cánticos de llamada a la esquila de la oveja escocesa.

También pienso en los litros de pintas que pueden trasegar todos esos gaiteros juntos y siento escalofríos…

Y si sigo sumando fotos de el resumen de la semana, llego a la foto 3 y el estudio (otro) sobre la ingesta de cerveza y la percepción de la belleza, intuyo que en Glaswow estos días sumando música y cerveza han debido vivirse momentos de emoción incalculable.

A los estudios me remito, no vayan a creer que ha sido una mera reunión de sopla gaitas, para nada, lo del Festival de Gaitas ha debido estar muy cerca, rozando casi la gran belleza.