THE OBJECTIVE
Fernando L. Quintela

Los polvos blancos no funcionan

Observad bien esta fotografía porque lo tiene todo. Es la definición de una cultura, el arraigo de unas costumbres. Si analizáis con detalle la imagen descubriréis muchas cosas que Wikipedia no te enseña.

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Los polvos blancos no funcionan

Observad bien esta fotografía porque lo tiene todo. Es la definición de una cultura, el arraigo de unas costumbres. Si analizáis con detalle la imagen descubriréis muchas cosas que Wikipedia no te enseña.

Observad bien esta fotografía porque lo tiene todo. Es la definición de una cultura, el arraigo de unas costumbres. Si analizáis con detalle la imagen descubriréis muchas cosas que Wikipedia no te enseña.

En Monrovia, Liberia, han liberado, valga este rebuzno, a un barrio en cuarentena por el temor al ébola, esa enfermedad que sigue extendiéndose pero de la que cada día se habla menos. Es lo que tiene ser negro y pobre. Que pasamos de ellos si no venden.

Vuelvo a la fotografía y vemos:

1.- Las protestas de los ciudadanos de Monrovia están lideradas por mujeres. Los hombres, en una sociedad matriarcal como esa, guste o no, miran y callan. Los calzones los llevan ellas.

2.- En los comienzos de esta cosa que es el ébola, los ciudadanos llegaron a decir que era una maniobra política y que la enfermedad no existía. Pero mirad la imagen: el megáfono lo lleva una santera, en un país muy cercano al lugar de nacimiento de la Santeria, en Ossun, Nigeria. Y la Santería se fija mucho en la salud.

3.- Declaraban no creer en la enfermedad pero fijaos en la mujer que sigue a la líder, la de la camisola azul. Lleva la cara pintada de blanco. No es una pintura cualquiera. Es un mejunje que hacen los brujos y curanderos locales para ahuyentar la enfermedad o, en casos concretos, curarla. He visto este tipo de remedios en diferentes partes del mundo. Me impresionó ver a Carmita, con sus 84 años, en La Habana, desnuda en su cama, completamente embadurnada de ese polvo blanco y varios santeros a su alrededor. Entré en su habitación a las 11:30h de un domingo de 1996. Le cogí su mano derecha, le di un beso y salí a trabajar. Regresé a casa, porque yo le alquilaba una habitación, a las 15:30h del mismo día. Ya la habían enterrado en el Cementerio de Colón. Tal como lo lees. Los polvos blancos no funcionan.

4.- Pueden no creer en el drama, pero mira cómo el hombre de la visera, el de la izquierda, se protege nariz y boca con una mascarilla. Y las manos, una al menos, con un guante de látex que a saber de dónde habrá sacado. De nada le valdrá, pero este pobre diablo se queda así tranquilo.

5.- Y bailan. Porque ya son libres, ya tienen permiso para deambular y arriesgar su salud. Total, el ébola no existe. Y si existe nadie les ha enseñado qué hacer ante él. La falta de información al ciudadano es parte de su cultura.

6.- Igual que ellos lo hacen, la enfermedad avanza.

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