Bloqueo informativo
¿Existe pluralismo real? Vivimos en un mundo de información sesgada y focalizada. La información es un arma muy temible y su control merma su poder, mostrando así una realidad a medias o superficial, cuando no se oculta la verdad por atender a intereses políticos, religiosos, militares o corporativos.
¿Existe pluralismo real? Vivimos en un mundo de información sesgada y focalizada. La información es un arma muy temible y su control merma su poder, mostrando así una realidad a medias o superficial, cuando no se oculta la verdad por atender a intereses políticos, religiosos, militares o corporativos.
Con el nacimiento del periodismo nació también el control del mismo. Los gobernantes de aquella época comenzaron a usar la prensa para informar al pueblo sobre lo que los gobernantes pensaban que debían pensar. La historia ha demostrado que el paso del tiempo no ha eliminado las técnicas de censura: el bloqueo de webs, la ausencia de medios independientes, el encarcelamiento de corresponsales o el control de medios estatales siguen vigentes en nuestros días. Técnicas que, bien algunas, se podrían asemejar al glavlit o perechen bolchevique, por poner un ejemplo.
Existe un Día Mundial para la Libertad de Prensa. Siempre he tenido claro que, cuando le dedican un día mundial a algo, es porque, en verdad, se trata una utopía. El Comité para la Protección de Periodistas (CPJ) elabora cada “x” tiempo una lista con los países que más restricciones ponen a los medios. Numerosa lista. Y así se mencionan los nombres de Eritrea, Corea del Norte, Irán, Siria, Arabia Saudí o Cuba. Sin olvidarnos de Catar, China, Turquía, o la asfixia a la prensa libre e independiente de la Venezuela de Maduro. ¡Y me dejo en el tintero!
¿Existe pluralismo real? Vivimos en un mundo de información sesgada y focalizada. La información es un arma muy temible y su control merma su poder, mostrando así una realidad a medias o superficial, cuando no se oculta la verdad por atender a intereses políticos, religiosos, militares o corporativos.
Las verdades son ilusiones que se ha olvidado que son ilusiones. ¿Qué es real y qué no? Necesitamos acabar con el hombre ingenuo sin interrogantes y ejercer la crítica como razón colectiva y hacer creador, como bien describiría Nietzsche. No podemos hablar del siglo XXI sin la garantía de un pluralismo, democracia y participación real. No se puede consentir.