Mi móvil es un espía
Cuando oigo lo de pues que no se hagan fotos guarras de boca de quien sea me hierve la sangre. ¿Si me hago una foto desnuda me merezco que me la roben y la publiquen? ¡Lo que faltaba!
Cuando oigo lo de pues que no se hagan fotos guarras de boca de quien sea me hierve la sangre. ¿Si me hago una foto desnuda me merezco que me la roben y la publiquen? ¡Lo que faltaba!
Un nuevo fallo de seguridad de iCloud ha permitido que otras fotografías comprometedoras de famosas hayan salido a la luz. De nuevo se abre el debate sobre la seguridad en internet, quedando demostrado que ni Apple puede salvarse de los piratas informáticos.
Lo que me molesta de esta historia son algunos de los comentarios que suscitan, y que no tienen relación ni con la seguridad de los dispositivos ni con la ilegalidad de la publicación de esas imágenes. Cuando oigo lo de “pues que no se hagan fotos guarras” de boca de quien sea me hierve la sangre. ¿Si me hago una foto desnuda me merezco que me la roben y la publiquen? ¡Lo que faltaba!
El problema en estos casos radica en que tenemos en nuestro poder unos artilugios cuyo alcance no podemos ni imaginar. ¿Sabemos al 100% lo que se puede hacer con nuestro móvil? Estoy convencida de que si explicamos a la gente de a pie de calle lo que cada acción con el celular implica, la mayoría se quedaría con la boca abierta.
No podemos culpar a estas famosas de hacerse fotos eróticas porque nadie tiene derecho a robárselas. Quien comete el delito es el hacker, no ellas. Es como darle una escopeta a un niño y que éste hiera a alguien. Si no se le enseña cómo funciona el arma, no se le puede echar la culpa de su mal uso.
Con los móviles y la tecnología en general sigue habiendo un gran vacío en cuanto a formación. En realidad, llevamos en el bolsillo un arma que puede meternos en grandes líos. Es evidente que tiene mucho más interés el trasero de la Kardashian que mis chats por whatsapp, pero el peligro del móvil está ahí. ¿Es usted consciente de los riesgos de su móvil?