El ser humano es extraordinario
No, no hablo de Leo Messi y sus 400 goles que, todo sea dicho, es digno de admirar. Me refiero a Dennis Kimetto ganador de la Maratón de Berlín de este domingo con nuevo récord mundial
No, no hablo de Leo Messi y sus 400 goles que, todo sea dicho, es digno de admirar. Me refiero a Dennis Kimetto ganador de la Maratón de Berlín de este domingo con nuevo récord mundial
No, no hablo de Leo Messi y sus 400 goles que, todo sea dicho, es digno de admirar. Me refiero a Dennis Kimetto ganador de la Maratón de Berlín de este domingo con nuevo récord mundial incluido en 2 horas, 3 minutos y 57 segundos.
Kimetto, junto a grandes corredores del mundo, buscó el reto de los 42 kilómetros en la ciudad ‘Multi-Kulti’ dueña de la considerada, maratón más grande del mundo en cuanto a participación y una de las más relevantes a nivel global, son ya 7 los récords del mundo que aquí se han batido.
Tanto el keniata, como el resto de los corredores que se dejaron la piel en las calles de la capital alemana, o el resto de deportistas del mundo, científicos, escritores, artistas, cantantes, grandes empresarios o incluso algún político a lo largo de la historia, en este caso de una manera más selectiva, tienen algo en común con el ciudadano de a pie: la capacidad de superación. Esa característica que está presente en cada uno pero ¡ay!, lo que nos cuesta darnos cuenta de que la tenemos. Que nos hace ser mejores tanto profesionalmente como personalmente y sorprendernos a nosotros mismos primero y a los demás después. Que nos lleva cometer locuras que jamás pensamos que fuésemos capaces de realizar, pero que luego agradecemos haberlas hecho. Que nos convierte en competitivos e inconformistas sanamente hablando, y luchar una y otra vez por lo que creemos que es justo y necesario para nosotros mismos y los demás.
Una aptitud y también actitud que hace a Kimetto, a Messi y a nosotros mismos batir nuestros propios récords cada día, que nos hace únicos. Que nos hace extraordinarios.