Bendita juventud
Empiezo este subjetivo pensando en los jóvenes de mi edad. Maravillosa juventud para algunos, traumática veintena para otros. Estudios, trabajo, búsqueda de una nueva vida, nuevo piso.
Empiezo este subjetivo pensando en los jóvenes de mi edad. Maravillosa juventud para algunos, traumática veintena para otros. Estudios, trabajo, búsqueda de una nueva vida, nuevo piso.
Empiezo este subjetivo pensando en los jóvenes de mi edad. Maravillosa juventud para algunos, traumática veintena para otros. Estudios, trabajo, búsqueda de una nueva vida, nuevo piso.
Intentamos formarnos para que en el día de mañana podamos aspirar a un futuro laboral y personal (otra cosa será si lo conseguimos).
Juventud con un talento inmenso, personas con una creatividad desbordante, trabajadores como los que más, gente que ama la cultura, las letras, la medicina, las artes, la ciencia… Pero, desgraciadamente, también hay ni-nis y tetes. Y hombres más preocupados porque su bíceps sea del tamaño de un bollicao y mujeres obsesionadas por su apariencia ante el espejo. Permitidme aquí hacer un pequeño inciso y para deciros: queridos, la vida no te la resuelve un físico, el físico se pierde con el tiempo pero tu cabeza te acompañara toda la vida.
Continuando con mi humilde reflexión, afirmo que no todos somos así. La mayoría luchamos por poner nuestro granito de arena para que este mundo vaya un poco mejor.
En Hong Kong los estudiantes abanderan la llamada “revolución de los paraguas” que reclama un régimen democrático en China. Ahora se han unidos adultos y ancianos para apoyar las protestas y desafiar la represión del gobierno. Un ejemplo más de que la juventud no está perdida como dicen, de que la juventud de hoy se mueve, quiere cambios, quiere luchar, trabajar, conseguir un futuro mejor. Como dijo Eirc Hoffer: “La juventud en sí es un talento, un talento perecedero”. Veinteañeros, aprovechémoslo antes de que se esfume.