Rescate en Fantasía
Eurodisney necesita de cuidados económicos intensivos. La franquicia europea de la Walt Disney Company se ha visto obligada a inyectar casi mil millones de euros en el parque temático para salvar unas cuentas que nunca fueron boyantes.
Eurodisney necesita de cuidados económicos intensivos. La franquicia europea de la Walt Disney Company se ha visto obligada a inyectar casi mil millones de euros en el parque temático para salvar unas cuentas que nunca fueron boyantes.
Eurodisney necesita de cuidados económicos intensivos. La franquicia europea de la Walt Disney Company se ha visto obligada a inyectar casi mil millones de euros en el parque temático para salvar unas cuentas que nunca fueron boyantes. La suma de la crisis de la zona euro más la constante de la climatología parisina –algunos recordamos que Eurodisney pudo estar en España, bien en Tarragona bien en Valencia, y que los celos, politiqueos e intereses pequeños acabaron por llevarlo a París- han llevado a que la colonia europea del Reino de Fantasía esté al borde de la suspensión de pagos.
A Disney se la suele atribuir la mala educación afectiva de nuestros menores. Tanto por las princesas nimias que se redimen a través de príncipes azules como por la teoría de la pirámide social de raíz nacionalsocialista de sus personajes, tan bien parodiada en The Simpsons, en el capítulo que narra como la película de Rasca y Pica (trasunto de las creaciones de Disney) ‘Los superhombres nazis son nuestros superiores’ no fue bien recibida por la audiencia. En todo caso, hay parte de razón en la crítica, aunque uno tienda a preguntarse si no es mejor para los niños la Caperucita Roja de los hermanos Grimm que la versión anterior de Charles Perrault.
Críticas al margen, Disney, para la mente de un niño, no deja de ser ilusión, fantasía, magia, inocencia y fascinación. O un camino hacia todo ello. Y en este mundo en el que cada día hay muerte, drama, negligencia, corrupción y desastre, alivia saber que existe un rincón no tan lejano en el que la emoción es ley y la sensibilidad reina. Porque nos recuerda algo tan simple como que los niños tienen derecho de los niños a ser niños. A ser sensibles. A ser inocentes.
El Reino de Fantasía necesita un rescate. No está mal como metáfora.