No me interesa
No me voy a desconectar de Internet porque me sirve para muchas otras cosas, pero sí que voy a quitar de mi primera página cualquier periódico. Ya no me interesan tanto.
No me voy a desconectar de Internet porque me sirve para muchas otras cosas, pero sí que voy a quitar de mi primera página cualquier periódico. Ya no me interesan tanto.
No me interesa estar al día. Cada vez me interesan menos cosas. Me explico: cada vez me interesan menos las banalidades y las tonterías. Pero por otra parte, cada vez me interesan con más profundidad los verdaderos problemas o dilemas que hemos tenido y tenemos por humanos. Esas cuestiones realmente transcendentes, que no nos afectan de manera inmediata, pero que sí nos aluden, y a menudo las alojamos en el congelador a la espera de hincarles el diente más adelante.
No he visto las fotos de la mujer enferma en su habitación de hospital. No me interesan. Deseo que recupere su salud, claro, pero como no la conozco, encuentro un exceso de información tener varias veces al día noticias de ella. Con un familiar o un amigo tenemos que estar pendientes, por si podemos ayudar o acompañar, respetando siempre su intimidad y tranquilidad. “No molestar”, pone en el cartelito. No es momento para extraordinarias muestras de cariño. Mejor respeto. No hay que preguntar a cada minuto ¿qué tal estás? Mejor prudencia. La evolución de las enfermedades requiere su tiempo y el enfermo, por lo general, tranquilidad. Y realmente, si el enfermo no está vinculado a nosotros de manera directa lo que se espera de nosotros es distancia. Mostrar solidaridad a quien no nos lo pide puede ser una molestia.
La actualidad tan rabiosamente inmediata, tan instantánea, no me sirve, ni me interesa, si sobrepasa lo que necesito saber y, sobre todo, si incomoda a la persona objeto de esa información. Satura y repele.
Gran cantidad de información sirve ya para muy poco, salvo para hacer rebosar las pantallas de nuestros ordenadores. Acaso son utilizadas como entretenimiento sádico, morboso, dañino, para espectacularizarlo todo, ya sea importante o una gran chorrada. Me temo que eso del servicio público de la prensa se da ya en muy poco medios y en muy pocas ocasiones.
No me voy a desconectar de Internet porque me sirve para muchas otras cosas, pero sí que voy a quitar de mi primera página cualquier periódico. Lo acabo de hacer. Ya no me interesan tanto.