Pilotos en huelga
No todas las huelgas cuentan con el mismo respaldo social. Muy probablemente, la de los pilotos de Lufthansa sea de esas que cuentan con un escaso apoyo de la población.
No todas las huelgas cuentan con el mismo respaldo social. Muy probablemente, la de los pilotos de Lufthansa sea de esas que cuentan con un escaso apoyo de la población.
No todas las huelgas cuentan con el mismo respaldo social. Muy probablemente, la de los pilotos de Lufthansa sea de esas que cuentan con un escaso apoyo de la población. Crea muchas molestias a los ciudadanos y además son pilotos (con la fama de pijos y bien pagados que siempre han tenido).
Sin embargo, a riesgo de nadar contracorriente, voy a pedir que dediquemos un tiempo a mirar con cierta simpatía a estos pilotos teutones o, mejor dicho, a los pilotos en general. Mirarnos en el espejo de estos profesionales puede ayudarnos a entender hacia dónde pueden evolucionar muchas profesiones en el futuro.
En un resumen muy condensado, los primeros pilotos tenían el mando de las naves. Sus decisiones, que se traducían en el accionamiento de determinados artilugios, se transmitían a los distintos elementos del avión que se acomodaban para dar respuesta a los deseos del piloto. Poco a poco, fueron apareciendo nuevos instrumentos que liberaban parte de la carga manual del trabajo del piloto y le permitían centrarse en otros aspectos del mismo. Sin embargo, en los últimos tiempos, la automatización ha dado un gran salto y los ordenadores han ocupado un lugar entre la decisión del piloto y la respuesta de la aeronave. No sólo eso, sino que el piloto controla el avión durante escasos minutos a lo largo de un vuelo, ya que todo está automatizado, hasta el punto de que corren el riesgo de ser convertidos en supervisores de procesos automáticos decididos por un ordenador.
Al tiempo que esto sucedía, se ha producido una caída constante de sus retribuciones. Los sueldos de los nuevos pilotos son ya considerados como muy bajos para profesionales cualificados y, huelgas como la que nos ocupa puede que sean un intento de aprovechar la poca fuerza que les queda mientras sea posible. Son un ejemplo más de víctimas del progreso tecnológico que llega al punto de que el software del avión puede anular algunas decisiones del piloto.
Otra consecuencia de todo esto es la preocupación cada vez más extendida por el hecho de que tal nivel de automatización acabe degradando las capacidades de los pilotos. Su falta de costumbre en asumir el control manual de la nave hace que, cuando las circunstancias les obligan a ello, hayan perdido habilidades por el mero hecho de que no las ponen en práctica. Volamos más seguros, pero si pasa algo…
Por todo esto, yo miraría con simpatía a los pilotos. Si no se hacen bien las cosas, su senda puede marcar el futuro de muchas profesiones. E inquieta.